Este
espacio, está destinado totalmente a la mujer, la mujer mexicana, pero
posiblemente, es muy parecida a la mujer de cualquier país del orbe.
Este
análisis es sin ningún afán machista, misógino, sexista, es simplemente la aplicación
de la observación y lógica, durante mi camino recorrido de vida.
La
mujer madura primero que el hombre, éste, señalan estudios al respecto, alcanza
su madurez después de los 28 años, muchos jamás lo hacen. Esta madurez la
confunden con inteligencia, situación por demás equivocada.
La
mujer, es capaz de todo, con la firme intención de alcanzar o lograr sus
objetivos o metas. Al decir de todo, es todo, pero principalmente, el de
utilizar sus encantos femeninos para atrapar al hombre que les puede proveer de
lo que necesitan y que sobra decirlo, es dinero.
La
mente femenina gira alrededor del dinero, que por ende, trae aparejados lujos,
joyas, comodidad; hasta el día de hoy, no conozco a una mujer que desprecie el
dinero y sus beneficios, que hagan creer al hombre algo distinto, sólo es un
distractor, una táctica, para alcanzar su principal y único objetivo.
La
mujer, es capaz de engañar, de traicionar a hombres y mujeres por igual, si se
interponen en su camino que conlleva al objetivo planeado. Para ellas no hay
amistad, lealtad, respeto, códigos de honor (como tenemos los hombres),
obstáculos que no puedan salvar, nada. La mujer siempre o casi siempre logra lo
que quiere, compiten entre ellas, se arreglan para ellas, no para el hombre, si
X o Y se tiñe el pelo, tratan de teñirse de un mejor color, si traen buena
ropa, accesorios caros (no siempre lo
fino es lo más caro), o un vehículo de reciente modelo, tratan de estar arriba
de las demás, a la vanguardia, dijeran algunas que conozco, sus pláticas entre
amistades (porque dudo que haya amigas de verdad) son para atacar a sus otras
amistades, compañeras de trabajo, conocidas o a la que tenga la mala fortuna de
pasar frente a ellas en ese momento. Si tienen esposo, marido, amante, novio o
pareja, pero no tiene los suficientes recursos económicos para tenerlas
contentas, si en su camino encuentran a otro hombre con más poder adquisitivo,
no dudan un instante para hacerlo caer en sus redes, así sea el marido de su
mejor amistad. Su condición de género, les permite victimizarse a la menor
provocación, así mismo tienen una facilidad para soltar sus lágrimas, aunque
por detrás se estén aguantando las ganas de reírse del incauto que les cree.
La
presunta inteligencia que sostienen tener, es un gran poder de manipulación,
persuasión y chantaje hacia los hombres, y aun así el hombre siempre y en cada
momento es el malo, el villano, el innombrable, el que no les da su lugar, su
igualdad, no les da todo lo que ellas merecen. Si trabajan, el dinero que
obtienen, es solo de ellas y el hombre tiene que darles diario o semanal, lo
necesario para su manutención y la de sus hijos (si los tienen), porque ellas
no apoyan para nada, y si no trabajan, con mayor razón exprimen a su pareja,
muchas veces al grado de que éste se endeuda por cuenta propia o porque ella ya
lo hizo creer (real o ficticio) que debe en tal o cual lugar, que por lo
general son lugares de venta de ropa, accesorios y artículos de belleza,
aparatos de vanguardia tecnológica, incluso agencias automotrices.
La
mujer nunca deja de luchar por alcanzar sus metas planeadas, y como dije antes,
no le importa lo que tenga que dar y/o hacer para lograrlo. Aunque siempre es
el ámbito sexual el que abre las puertas del éxito, el glamour y la hipocresía,
esto lo podemos notar en lo laboral (público y privado), político, farándula y
la vida real, servidoras públicas sin preparación que ocupan espacios de
elección popular, sólo por el hecho de abrir y cerrar las piernas a la menor
provocación, actrices que no actúan, cantantes que no cantan, mujeres que
aparentemente no trabajan y viven bien (los distintos oficios: masajes,
edecanes, modelos, escort) que en realidad es prostitución, pululan por todos
lados y a diferentes precios, otras con menos suerte, se venden en las esquinas
de su ciudad, donde no se permite, pero se tolera esta actividad, otras se van
a las ciudades o poblaciones cercanas, para no verse tan expuestas frente a sus
familiares, amigos y conocidos, y recientemente se nota en la calle, que
hombres maduros ayudan económicamente a jovencitas estudiantes o chiquillas a
las que no les gusta trabajar, pero que les encanta el dinero y sobretodo,
disfrutar de pequeños o grandes lujos. Dependiendo de su apariencia física, es
como incrementan su cuenta bancaria, equipan su casa habitación o escalan en el
mundo laboral público o privado, aunque siendo sinceros, pocas son las que en
verdad ahorran, la mayoría se dedica a despilfarrar, olvidándose de que el
tiempo pasa y la firmeza anatómica termina.
A
grandes rasgos así avanza la vida de las mujeres de la actualidad, aunque no
dejo de indicar, que como en toda regla general, hay sus grandes excepciones.
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