La cuarta ¿Transformación?
Estamos a escaso un
mes del cambio de estafeta de la administración pública federal, el primero de
julio anterior, la mayoría de ciudadanos que votaron, decidieron darle un voto
de confianza a un partido de reciente creación, pero con un candidato que
llevaba dieciocho años en campaña.
Nada, y menos en
política, sucede por error, por decisión voluntaria, mucho menos porque así lo
decidió el pueblo, y, el resultado de esa elección, no fue la excepción de la
regla.
El partido en el
poder (PRI), tenía todo previsto, pues desde el inicio del mandato presidencial
de Enrique Peña Nieto, comenzó a dar señales de que no buscaba conservar el
poder para el partido político al que pertenece. Dicen los que analizan, que el
PRI perdió la presidencia desde hace cuatro años, cuando se dio el caso
Ayotzinapa (nos faltan cuarenta y tres), para algunos una acción inventada por
el gobierno, pero que se salió de control, para otros verdad, pero esa es otra
historia. Lo que es real, es que fue tanta la difusión mediática que se le dio
al asunto, aunado a que el mexicano, en su mayoría, se deja llevar por las
mentiras o verdades a medias, por los comentarios sin fundamento, por lo que
cualquiera publica, que cierto o no, pegó fuerte al gobierno en el poder.
Otras acciones que
fueron incrementando el iceberg en su contra, fue el llamado gasolinazo, que
los mexicanos de corta memoria, no recuerdan que comenzó en el sexenio
anterior, del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y que tampoco es culpa
del gobierno en turno, tiene que ver con las políticas mundiales, en cuanto al
precio del combustible, pero, la ignorancia o desconocimiento generalizado cree
cosas distintas.
Posteriormente,
siguió con la persecución de los gobernadores en turno y salientes de su
partido, siendo el más afectado, Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de
Veracruz y aun en prisión; para muchos analistas y conocedores de los hilos
políticos locales y federales, no fue un secreto que estos movimientos llevaban
como finalidad, la pérdida de muchas gubernaturas, en favor de la coalición
PAN-PRD, lo cual, efectivamente sucedió.
Como dijera Raúl
Velasco, aún hay más, al colocar en el PRI nacional a un individuo que muchos
dudan fuera miembro de ese partido, sin experiencia ni capacidad, además,
señalado por la pensión recibida por haber estado como titular de la Comisión
Federal de Electricidad y otros pecadillos, como las varias concesiones de taxi
que posee en la CDMX, después, elegir como abanderado a un excelente técnico,
pero no político, ni miembro del otrora, partidazo, lo que provocara que muchos
priistas de cepa, no lo apoyaran en su camino rumbo a Los Pinos, entre ellos el
que durante más de cinco años condujera y moviera los hilos de la política
interna nacional, como secretario de Gobernación, el hoy senador Miguel Ángel
Osorio Chong, quien suspiraba por ser el elegido por el dedo elector del
presidente.
La designación del
Coordinador de Campaña, otro cuestionado servidor público, porque no sabe ler,
Aurelio Nuño Mayer, no identificado con los priistas, con nula experiencia
electoral y familiar del actualmente, presidente de la Comisión de Cultura del
Congreso de la Unión, el seudo cantante, bailarín y actor, Sergio Mayer,
diputado federal bajo la nomenclatura del Partido Encuentro Social, pero
cobijado por Morena. Que por cierto, el que mueve los hilos de este partido,
que perdió el registro a nivel nacional, es Miguel Ángel Osorio Chong, ¿tienes
aun dudas? Amable lector.
Esto es a grandes
rasgos, pero en cada estado, se puede uno dar cuenta de cómo estuvo la cargada
a favor de Morena, por parte de los miembros distinguidos del PRI, para que esa
elección terminara siendo un PRIMOR.
El villano favorito
del presidente electo, Carlos Salinas de Gortari, recuperó el control del PRI,
al tener a su sobrina, Claudia Ruiz Massieu Salinas, al frente como dirigente
nacional, pues para algunos no es un secreto que es quien desde el siglo pasado
es el que mueve los hilos políticos del país. Y para las elecciones intermedias
del 2021, lo veremos retomar con fuerza el control político del congreso
nacional.
El propio Andrés
Manuel López Obrador, no se esperaba alcanzar la presidencia, pues para él, es
muy cómodo estar recibiendo su salario como Patiño o Arlequín del sistema,
jugando al opositor recalcitrante, que tomar las decisiones del país. Y eso se
puede observar, en la encomienda que tiene su alfil, René Juvenal Bejarano
Martínez, de crear un nuevo partido político, al estar al frente del recién
creado Movimiento Nacional por la Esperanza, con el que está recorriendo todo
el país, pero con miras a seguir obteniendo jugosos recursos públicos, para
cuando Morena pierda fuerza, por las decisiones erradas que toma, y seguirá
tomando cuando ocupe el gobierno federal. Claro que todo está perfectamente
planeado, en política no hay coincidencias, no hay decisiones buenas o malas;
es probable que la principal causa por la que obtuvo la rifa del tigre, es para
que el pueblo termine con su esperanza de que hay un paladín que los hará llegar
a la riqueza individual, lo que ya está dando resultado, porque aún no toma el
poder y ya, la mal llamada consulta sobre el aeropuerto, fue un rotundo
fracaso, al apenas superar el millón de participantes, y con múltiples
cuestionamientos sobre su realización.
En fin, así está la
incertidumbre de los mexicanos normales y empresarios, de los extranjeros con
inversiones o ganas de invertir en el país, porque todo el ambiente está raro,
hay zozobra de muchos, hay poco dinero circulante, la gente prefiere guardarlo
y la economía nacional está estancada. Ojalá muchos nos equivoquemos y aunque
no cambien las cosas, por lo menos que no seamos afectados peor, que con los
anteriores sexenios, con esta llamada cuarta transformación. No queremos una
devaluación como la de finales del siglo pasado (1994).
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