LA FE Y LA IGNORANCIA.
Los
españoles conquistaron a nuestros antepasados indígenas, con las armas, con las
traiciones de los naturales, pero sobretodo con la religión.
Para
ello, inventaron las supuestas apariciones en el Cerro del Tepeyac de lo que
hoy conocemos como Guadalupe, la idearon lo más parecido a la raza de antaño,
la llamada raza de bronce, con rasgos en el color de la piel y desde entonces
la tienen como estandarte de la fe del pueblo mexicano, y aunque es la creencia
principal de la mayoría de la población, pues hasta en el más pequeño rincón
hacen sus peregrinaciones a la capilla, iglesia o catedral más cercana en
vísperas del día establecido para su veneración, 12 de diciembre, no es la
única.
Para
empezar, cada población, ciudad, villa o congregación, tiene su santo patrono y
ese día estipulado para ello, hacen una verbena popular donde hay juegos
mecánicos, fuegos pirotécnicos, venta de antojitos propios de cada zona o
región y lo que no debe faltar, visitas a la iglesia, capilla, santuario,
templo, parroquia o catedral y las misas normales y de confirmación y/o primera
comunión, porque aprovechan esas fiestas para continuar la tradición de ir
introduciendo a los ingenuos desde pequeños a la manipulación religiosa
católica.
No
quiero parecer intolerante o que pertenezco a lo que llaman otra religión
(recordemos que religiones son tres a nivel mundial y las demás nuestra
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las reconoce como
asociaciones religiosas), mi creencia es única y exclusiva en Dios y éste es un
ente de energía que no tiene sexo, edad, color y por supuesto, religión, pero
como decía un comercial de televisión, esa es otra historia.
Cada
ser humano es libre de profesar el culto religioso que mejor le satisfaga, lo que
quiero en esta ocasión resaltar, es la ignorancia que mucha gente muestra y
demuestra cuando se dan estas celebraciones religiosas. En primer lugar, no
estoy convencido de que sea buena idea obligar a los hijos o nietos a hacer lo
que ellos realizan, porque esto solo los llena de mitos, traumas y complejos
que van trasladando a sus hijos y se convierte en un círculo vicioso que va
degenerando en manipulaciones de unos cuantos en perjuicio de las mayorías.
Otra
situación que no cuadra, es las grandes sumas de dinero, que muchos no tienen y
hacen un enorme sacrificio para cumplir con las pretensiones de los sacerdotes,
buscando una salvación que no depende de una imagen inerte de cerámica o de
madera. ¿A que me refiero con esto?, a que dependiendo del estado, zona o
región del país, tiene diversas denominaciones, la familia o grupo de familias
que se encargan de la fiesta patronal de determinado año, tienen que aportar
una cantidad en efectivo a la iglesia, además deben vestir a la imagen con
telas caras y siempre a gusto del sacerdote a cargo, asimismo, tienen que dar
un platillo para todos y cada uno de los asistentes, además, que nunca falta el
alcohol a manos llenas, que muchas veces es por decisión de los organizadores y
que tanto lastima la salud física, mental, espiritual y social de los que lo
consumen.
Haciendo
un análisis de esto, en navidad, las posadas las solventan quienes participan,
sean ellos o sus hijos, la madrina del niño Jesús debe aportar aguinaldos para
todos los asistentes a la misa donde es acostado en el nacimiento que colocan
en un espacio dentro de la iglesia, etcétera. Sin contar con lo que la iglesia
necesita para su funcionamiento, cuando éstas son administradas por el gobierno
federal y tienen la obligación de entregar todo lo necesario, pero los jerarcas
católicos buscan benefactores, generalmente, empresarios y/o ricos, pero
también gente humilde fácil de manipular por la fe ciega y eso no se vale.
Todos
conocemos a alguien que lo poco que tiene lo entrega a la iglesia, y la mayor
parte del año, no tiene ni para comer o ir viviendo de forma sencilla, además
de estar todo el tiempo endeudados y con problemas familiares, porque lo que
toda familia necesita es casa, vestido y sustento y si falta éste (sustento) surgen
problemas entre ellos, pero es más grande su ignorancia que cuidar a su
familia, por considerar que una imagen sin valor les va a entregar lo que les
hace falta, sin detenerse un momento a pensar que la fe es interna y no
necesitas mostrarte ante otros gastando lo que no tienes, creyendo que con eso,
ya te estas ganando un lugar en el cielo o en la sociedad que el mundo de las
formas demuestra ser tan falsa como la manipulación de la que hemos sido
víctimas desde niños, de la que pocos han sido beneficiarios. Y de la cual la
mayoría no quiere liberarse.
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