EL ORIGEN DE LA ADMINISTRACIÓN.
Desde que el hombre
apareció en la tierra ha trabajado para subsistir, tratando de lograr en sus
actividades la mayor efectividad posible; para ello, ha utilizado en cierto
momento a la administración.
Para entender mejor
su significado, es necesario efectuar una síntesis histórica de las relaciones
de trabajo, porque es precisamente en ésta, donde se manifiesta de forma más
representativa el fenómeno administrativo.
Época primitiva. Los
miembros de la tribu trabajaban en actividades de caza, pesca y recolección.
Los jefes de familia ejercían la autoridad para tomar decisiones de mayor
importancia. Existía la división primitiva del trabajo originada por la
diferente capacidad de los sexos y las edades de los individuos integrantes de
la sociedad. Al trabajar el hombre en grupo, surgió de manera incipiente la
administración, como una asociación de esfuerzos para lograr un fin determinado
que requiere de la participación de varias personas.
Periodo agrícola. Se
caracterizó por la aparición de la agricultura y de la vida sedentaria.
Prevaleció la división del trabajo por edad y sexo. Se acentuó la organización
social de tipo patriarcal. La caza, pesca y recolección pasaron a tener un
lugar de importancia secundaria en la economía agrícola de subsistencia. El
crecimiento demográfico obligó a los hombres a coordinar mejor sus esfuerzos en
el grupo social y, en consecuencia, a mejorar la aplicación de la
administración.
Con la aparición del
Estado, que señala el inicio de la civilización, surgieron la ciencia, la
literatura, la religión, la organización política, la escritura y el urbanismo.
En Mesopotamia y Egipto, estados representativos de esta época, se manifestó el
surgimiento de clases sociales. El control del trabajo colectivo y el pago de
tributos en especie eran las bases en que se apoyaban estas civilizaciones, lo
que obviamente exigía una mayor complejidad en la administración. Los
precursores de la administración moderna fueron los funcionarios encargados de
aplicar las políticas tributarias del Estado y de manejar a numerosos grupos
humanos en la construcción de grandes obras arquitectónicas.
El Código de
Hammurabi ilustra el alto grado de desarrollo del comercio en Babilonia y,
consecuentemente, de algunos aspectos de la administración, tales como las
operaciones crediticias, la contabilidad de los templos y el archivo de una
gran casa de comercio. Los grandes avances de estas civilizaciones se lograron
en gran parte a través de la utilización de la administración.
Durante la época
grecolatina apareció el esclavismo; la administración se caracterizó por su
orientación hacia una estricta supervisión del trabajo y el castigo corporal
como forma disciplinaria. El esclavo carecía de derechos y se le ocupaba en
cualquier labor de producción. Existió un bajo rendimiento productivo
ocasionado por el descontento y el trato inhumano que sufrieron los esclavos
debido a estas medidas administrativas. Esta forma de organización fue en gran
parte la causa de la caída del Imperio Romano.
Durante el
feudalismo, las relaciones sociales se caracterizaron por un régimen de
servidumbre. La administración interior del feudo estaba sujeta al criterio del
señor feudal, quien ejercía un control sobre la producción del siervo.
Al finalizar esta
época, un gran número de siervos se convirtieron en trabajadores
independientes, organizándose así los talleres artesanales y el sistema de
oficios con nuevas estructuras de autoridad en la administración. Los
artesanos-patrones trabajaban al lado de los oficiales y aprendices en quienes
delegada su autoridad. El desarrollo del comercio en gran escala originó que la
economía familiar se convirtiera en economía de ciudad. Aparecieron las
corporaciones o gremios que regulaban horarios, salarios y demás condiciones de
trabajo; en dichos organismos se encuentra el origen de los actuales
sindicatos.
La Revolución
Industrial se caracterizó por la aparición de diversos inventos y
descubrimientos, mismos que propiciaron el desarrollo industrial y,
consecuentemente, grandes cambios en la organización social. Desaparecieron los
talleres artesanales y se centralizó la producción, lo que dio origen al
sistema de fábricas en donde el empresario era dueño de los medios de
producción y el trabajador vendía su fuerza de trabajo. Surgió la
especialización y la producción en serie. La administración seguía careciendo
de bases científicas; se caracterizaba por la explotación inhumana del
trabajador y por ser una administración de tipo coercitivo, influida por el
espíritu liberal de la época, que otorgaba al empresario gran libertad de
acción.
Por otra parte, la
complejidad del trabajo hizo necesaria la aparición de especialistas,
incipientes administradores, que manejaban directamente todos los problemas de
la fábrica. Todos estos factores provocaron la aparición de diversas corrientes
del pensamiento social en defensa de los intereses de los trabajadores y el
inicio de investigaciones que posteriormente originarían la administración
científica y la madurez de las disciplinas administrativas.
El siglo XX se
caracteriza por un gran desarrollo tecnológico e industrial y,
consecuentemente, por la consolidación de la administración. A principios de
este siglo surge la administración científica, siendo Frederick Winslow Taylor
su iniciador; de ahí en adelante, multitud de autores se dedican al estudio de
esta disciplina. La administración se torna indispensable en el manejo de
cualquier tipo de empresa, ya que a través de aquélla se logra la obtención de
eficiencia, la optimización de los recursos y la simplificación del trabajo.
Actualmente, ésta se
aplica en cualquier actividad organizada: desde la realización de un evento
deportivo hasta el lanzamiento de un cohete interespacial, siendo
imprescindible para el buen funcionamiento de cualquier organismo social.
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