EL PAPEL QUE JUEGA EL HOMBRE EN LA
SOCIEDAD.
Ceder
a las emociones destructivas, como la ira, los celos, la envidia, la lujuria,
etcétera, ocasiona daños que toma años en reparar, en caso de que sean
reparables. Es obvio que el autodominio es difícil, sin embargo, el lograrlo es
un gran fruto del espíritu. Las personas somos entes pensantes y por lo tanto
de carne débil.
¿Cómo
contrarrestar la debilidad? Fortaleciendo el espíritu y esto se logra con el
dominio de nuestros sentimientos y de nuestro cuerpo.
Al
tenerlo, rechazaremos la violencia, evitaremos los vicios y adicciones,
mantendremos la calma ante las provocaciones y las situaciones difíciles. En
fin, demostramos que nuestro espíritu es fuerte.
¿Por
qué es importante mencionar esto? En la actualidad los hombres juegan el papel
del malo en la familia y en la sociedad. Se menciona al hombre como el
mentiroso, desobligado, infiel y cualquier adjetivo que quieras mencionar. En
las instituciones y ante la ley el mayor de los beneficios se los lleva la
mujer. Cuando ante un juez se tramita un juicio familiar o que las contrapartes
sean hombre y mujer, de inmediato el ambiente se torna a favor de ella. Aunque
no se exponga aún nada acerca del problema, se percibe la protección hacia
ella.
¿Qué
sucede cuando se considera culpable a la mujer? Se denomina un juicio parcial,
arreglado, manipulado, etcétera.
Las
mujeres pelean mucho la igualdad de condiciones, de equidad, de género, en todo
y claro que lo más justo es comenzar por acentuarles también sus responsabilidades,
pues muchas, podemos darnos cuenta que quieren manejar todo a su conveniencia,
quieren igualarse en sueldo, en oportunidades, pero por otro lado, se quieren
desobligar de las responsabilidades familiares (esposo e hijos) y de su hogar.
Actualmente,
el hombre trabaja y ayuda a la esposa en las labores domésticas; pero en muchos
casos, si ellas trabajan ya no quieren hacer nada porque están cansadas y eso
no es lo peor. Quieren independencia económica (de lo que ellas ganan, no
aportan nada a los gastos del hogar, lo utilizan solo en su persona), y muchas
veces degenera en libertinaje. No se tienen respeto y por ende, no enseñan
valores a sus hijos. No son ni de aquí ni de allá. Acomodan a su vida lo que a
ellas les conviene sin detenerse a observar el enorme daño que con esto hacen a
la sociedad, porque la familia es una institución en donde hay
responsabilidades de cada uno de los miembros, pero ¿A dónde queda el amor, el
compromiso filial, los valores, las atenciones y el respeto? Este problema ha
causado rupturas en parejas y entre padres e hijos.
La
mujer debe estar consciente del gran papel que juega en el seno familiar y en
la educación de los hijos, antes de pelear por lo que entre comillas, a ella le
conviene. Porque si en verdad quiere cambiar a la sociedad y ayudar, el
principal papel que deben ejercer es educar a sus hijos, los futuros ciudadanos
y predicar con respeto y con buenos ejemplos.
Generalmente,
las provocaciones de las mujeres involucran a los hombres y para bien o para
mal, les influyen, es por eso que el papel de ambos, debe ser equitativo sin
evadir sus responsabilidades natas. El hombre, apoyar a su esposa y viceversa,
ambos con respeto, y si tienen hijos, hacerse ambos responsables de darles amor
y atención mientras sean pequeños, hasta que por sí solos se incorporen a la
sociedad.
El
papel de la mujer en la familia es importante e indispensable, así como en la
sociedad. La cabeza de todo matrimonio o pareja y sociedad es el respeto y la
responsabilidad de ambos, a su vez, la cabeza de la mujer es el varón quien por
fuerza física le produce sentido de protección y ella lo apoya lealmente y los
hijos obedecen a ambos.
La
jefatura de una familia produce felicidad al hombre solo cuando se ejerce como
es debido, pero todo equipo debe ser armonioso y prevalecer buena comunicación,
por lo tanto, si es así, los demás integrantes recibirán atenciones y todos
juntos formarán una buena familia.
La
pareja que no compite, no pelea. La colaboración mutua, el respeto, el buen comportamiento
y el amor armonizan una verdadera familia.
En
una pareja no se deben buscar sus propios intereses o comodidades. Todo se debe
compartir y colaborar para el bienestar de todos. La educación empieza en la
familia y se complementa en los centros escolares. No al revés.
Ignoro,
en que año se perdió el respeto, lo que sí es común, es observar actualmente,
como las parejas se gritan, se faltan al respeto, lo que ha propiciado cada vez
más la violencia intrafamiliar. Esto, a su vez, es la fábrica de adultos
patanes, irresponsables, viciosos, flojos, carentes de cariño hacia los demás,
etc.
En
las familias disfuncionales, el enemigo se tiene junto, el padre contra la
madre, éstos contra los hijos y en general, todos contra todos, se carece de
valores y propicia patrones de conducta que en el futuro se vuelven a repetir.
Amable
lector, sea cual sea tu papel actual, padre, madre, hijo, esfuérzate por
recuperar los valores, la comunicación, el respeto y tomar cada quien nuestra
responsabilidad en el trabajo, en la sociedad y sobretodo en nuestra familia.
Aun cuando se esté bajo presión y con problemas, no se debe olvidad que ante
todo está la fuerza del autodominio del carácter. Que las acciones regocijen,
no destruyan. Se debe ser más inteligente en la vida diaria, porque una conducta
apropiada resulta en felicidad y tranquilidad personal para el presente y
orgullo y una inmensa satisfacción para el futuro.
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