Agradecimiento a la mexicana.
Siguiendo
con la escasez de cultura en la mayoría de los mexicanos, dentro y fuera de
nuestro país, toca el turno, hablar del agradecimiento, gratitud o bondad de
ambos extremos.
El
mexicano promedio, común o que forma la mayoría de cualquier poblado, región,
municipio o estado, está acostumbrado a que todos y en cualquier sitio o lugar,
lo tomen en cuenta, pero principalmente, le hagan favores, con la única promesa
de que son honestos, agradecidos y buenos. Esto es un riesgo, porque si accedes
a sus pretensiones una vez, ya no te soltarán fácilmente, y en cualquier
apuración que tengan, tú serás siempre la primera opción para sacarlo del
atolladero en el que se encuentren.
Pocos,
muy pocos, tienen el poder de decir NO, la mayoría forma parte de la
hipocresía, disfrazada de diplomacia (dicen algunos), esa que siempre dice que
sí, pero no dice cuándo, esa que tiene complejo de inferioridad y quiere
aparentar ser bondadoso, pero que por lo mismo, al hacer favores, los cuentan a
todos los que conocen y van conociendo, etcétera.
Los
hay, aquellos que dicen tener facultades para hacer y deshacer en la
dependencia, área o institución en la que laboran, que andan por la vida
ofreciendo ayuda a sus familiares, amigos y conocidos, lo cual va desde dar
empleo, una recomendación para que X o Y asunto camine de manera favorable,
ingresar a un hijo en determinado grado escolar, cambiarlo de escuela, grupo o
carrera…
A
estos individuos, es fácil callarlos o calmarlos en sus falacias, tomándoles la
palabra, sin muchas expectativas, porque resultará falso. Acéptales el favor
ofrecido y sabrás el resultado. Claro que como en toda regla general, hay sus
excepciones, pero son los menos. El que en verdad tiene posibilidades de apoyar
y/o ayudar, no anda de boca floja vociferando, dijeran los clásicos: calladito
se ve más bonito.
Aún
hay más, los favores que más solicitan es dinero prestado, mercancía o bienes a
crédito, empleo…
Aquí,
hago un paréntesis, porque se relaciona, hay un reciente informe de la OCDE,
que por cierto preside un mexicano, José Ángel Gurría Ordoñez, donde resulta
que México, es el país que más tiempo permanecen en su área de trabajo, los
empleados, y lo digo así, porque no es lo mismo, permanecer que trabajar. En el
país, están señaladas las jornadas de trabajo (de 6, 7, 8 o más horas diarias),
pero siendo honestos, la mayoría de ese tiempo, no es productivo, no se hace
nada, los empleados están platicando, comiendo, tomando el famoso café, en el
chisme verbal o por internet, andan en la calle haciendo sus actividades
personales, intrigando con los jefes contra sus compañeros, menos lo que deben
hacer. Están ahí el tiempo señalado por obligación, por necesidad, porque
tienen que checar tarjeta o firmar alguna lista de asistencia, de lo contrario
México sería una potencia económica, no emergente como lo es.
Entonces,
¿Cómo se ponen a exigir mejores salarios, si no rinden en el trabajo?, porque
si de verdad se hiciera una real y honesta reforma laboral, desaparecerían más
de la mitad de empleos actuales y los que quedaran, obtendrían una mejor
remuneración, pero tendrían que pasar los filtros necesarios para demostrar su
valía como verdaderos trabajadores, no solo de los actuales que están haciendo
antigüedad. (Dice la filosofía popular, trabajas duro o duras en el trabajo).
Regresando
al tema señalado, la gente, concretamente, los mexicanos, no son agradecidos
con quien les hace favores, mientras están recibiendo dádivas, apoyos y demás,
aparentan estar bien con la otra persona, pero en la primera oportunidad que
por fuerza mayor, caso fortuito o necesidad, les niegan algo, todo lo recibido
con antelación, se les olvida y la contraparte, se convierte en el ser más
prepotente, malo, corrupto, déspota, y más. Pero no necesitas esperar a negar
un favor para conocer al verdadero individuo que abusa de ti, cuando lo
necesites en algo sencillo, como acudir a una plática, conferencia, taller,
presentación, apoyarte en algún proyecto político, laboral, escolar, sindical,
jurídico, sabrás que equivocado has estado.
Muchos
están esperanzados en recibir agradecimiento, gratitud y apoyo de los que han
ayudado, y se quedan con un palmo de narices al ver el resultado, en cambio, un
verdadero individuo que razona, analiza, reflexiona y aplica la lógica, sabe
que nunca debe apelar al agradecimiento de la gente, sino a su ambición.
Hay
que adquirir poco a poco, la capacidad de elegir el momento, la ocasión y la
persona a la cual decirle un definitivo SI o un rotundo NO, evitar esas medias
palabras, recuerda que ese poder lo tienen muy pocos y en todos los sentidos
esas personas son grandes, triunfadoras y poderosas y no les importa dejar a
personas ingratas y malagradecidas, resentidas, porque saben que las ayuden o
no, siempre actuarán de forma negativa contra ti, por lo cual prefieren
cortarlas lo antes posible, evitándose mayores problemas futuros. La mayoría de
mexicanos, es, por naturaleza, malagradecido, ingrato y jamás se siente
complacido con lo que recibe, pero tampoco hace nada extraordinario para
merecerlo o modificar las cosas. Por salud propia, aléjate de esas personas que
solo te buscan porque eres rico, tienes un empleo bien remunerado, tienes poder
político o la posibilidad de ayudarlos, pero que una vez que dejas de
apoyarlos, se alejan convirtiéndose en tus más acérrimos enemigos. No es
maldad, no es discriminación, es solamente, libertad.
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