Amada presencia de Dios "yo soy", dentro de mi corazón ¡Te amo y te adoro! Te invoco para que flamees a través de mí la llama azul y cristal y que la voluntad de Dios se manifieste en todo lo que yo haga en este día.
Ahora me doy cuenta que dentro de mi corazón está el plan de Dios para mí, al igual que la manera y el medio de traerlo y manifestarlo. Ahora entro en el silencio y escucho y sé perfectamente lo que tengo que hacer. Mientras mantengo la atención en el plan divino le estoy dando forma y trayéndolo a manifestación.
Yo soy la fe en el poder de Dios en mí para dirigirme, protegerme, iluminarme, sanarme, proveerme, sostenerme y hacer lo que yo requiera que sea hecho.
El amado ascendido maestro, gran director del primer rayo, dice así:
Mide bien la misión que te llegue de cualquier parte de la vida. Aquello que eleve, aquello que unifique, aquello que libere, aquello que vuelva la conciencia hacia Dios, ¡Es bueno! ¡Esa es la voluntad de Dios! No necesita ni medida misteriosa ni consejero externo. La vida que late dentro de tu corazón sabe todo lo que es constructivo, todo lo que alivias y libera de la esclavitud. ¡Eso es de Dios!
Amado ¡Te amo, te bendigo y te doy gracias por tu servicio hacia mí y hacia toda la humanidad!
Envuélveme en tu llama azul de amor y hazme sentir tu fuerza y poder, para que al recibir las ideas de Dios pueda yo llevarlas a la manifestación externa, para la bendición de mis hermanos.
Ayúdame a decirle a mi presencia divina: Hágase tu voluntad y no la mía. Ayúdame a sentir y a comprender tu obediencia iluminada a esa voluntad: tu humildad espiritual ante el amor de Dios: y tu respeto por Dios, por sus representantes y por la presencia de Dios en cada corazón humano.
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