Yo soy.

Amada nada, te amo, te bendigo y te agradezco el amor que fluye de ti hacia mí y hacia toda la humanidad. Manténme sellada en el poder de tu llama Rubí que sana, bendice y libera todo lo que yo contacte.

El ángel del ministerio tiene la misión de ocuparse de una vida. Para todo ser humano, para todo haragán rezagado de otros sistemas, y todo espíritu guardián, hay un ángel ministrador que voluntariamente ejerce la función de proteger esa corriente de vida por tanto tiempo como ella elija permanecer en la tierra o formar parte de esta evolución. A dicho ser, se le llama a menudo el Ángel Guardián.

¿Cómo te gustaría trabajar con una sola persona durante incontables millones de años? Tu ángel guardián ni siquiera asiste a un retiro cuando está en actividad, si su corriente de vida no asiste también. ¡Piensa en eso! Es el caso de prisión por amor, que no tiene paralelo. El ángel ministrador está obligado por la ley a no separarse de su pupilo y en cada oportunidad a mandarle un rayo de luz a la conciencia con la esperanza de que busque un poco más alto.

¡Te amo, te bendigo y te doy gracias a ti y a mi ángel ministrador por tu abnegación hacia mí durante tantos eones! Ayúdame a ayudar a mi ángel a conservarme sin desvío en el sendero de la pureza, la armonía y la felicidad.

Estás lentamente emergiendo del lodo de la creación humana y de la limitación. Nosotros estamos tratando de fundar una gran base para este movimiento mundial; tratando de hacer de cada uno de nosotros un pilar de fuego violeta; pero te puedo decir ahora y aquí, que a menos que te conserves en paz, sin interrupción, como individuo y como participante de unidades colectivas, no importa cuán perfectamente construyas al final no tendrás sino cenizas, si todavía tienes en la conciencia la radiación desintegrante de los siete pecados capitales (lujuria, ira, malicia, odio, temor, gula, codicia, pereza, envidia, orgullo) y sus demás ramificaciones,

La paz no es una cualidad negativa. Es eminentemente positiva y es una concentración de poder. ¿Cuánto control se necesita para mantenerse en paz? ¿Para conservarse absolutamente en calma y dueño de cualquier situación a pesar de toda provocación en el seno de la familia, o de los compañeros de trabajo o del mundo en general?