Te amo, te bendigo y te doy gracias por tu ayuda a mí y a toda la humanidad. Cárgame con tu amor y comprensión de la exactitud de la ley cósmica y el sentimiento de servicio consagrado a Dios y al hombre. Cárgame con tu ímpetu para yo presentar la verdad a los hombres en forma tal que quien me oiga la acepte. Gracias.
¡Conságrate diariamente! Si tus ojos ven iniquidad tú sabes dónde está yo soy. Di mentalmente: padre, perdona mi transgresión a la ley del amor. Consagra mis ojos para que vean únicamente perfección. Si escuchas chismes y murmuraciones; si tus manos hacen gestos impacientes y dejas brotar la ira; si tus labios pronuncian palabras duras, di: padre, perdóname el mal uso de tu energía.
¿Qué importa que tengas que repetirlo? Rubinstein no llegó a ser un gran pianista en un solo día. Las únicas corrientes de vida que están en peligro son aquellas que no tienen deseos de levantarse y volver a empezar. Yo reconsagraré a cualquier vehículo tuyo 24 veces cada hora si lo necesitas y me lo pides. ¡No me importa! ¡Esa es mi razón de ser!
Te amo, te bendigo y te doy gracias por todo lo que has hecho por mí y por toda la humanidad. Séllanos en tu llama de consagración y perfección, y ayúdame a estar consciente únicamente de la perfección. Pienso perfección, siento perfección, veo perfección, escucho perfección, hablo perfección, yo soy y solo manifiesto perfección este día.
¿Qué se puede efectuar, aún en las actividades mundanas de tu diario vivir, si no tienes concentración? Sin ella sólo hay mediocridad. Se rasguña, como quien dice, apenas la superficie. Aquellos que resuelven elevarse por encima de las masas toman una faz de la vida, y la desarrollan con maestría, decidiendo dentro de ellos mismos llegar a la excelencia, por lo menos, en esa línea de expresión. Su desarrollo va de acuerdo con la concentración de esas energías, lo mismo que su eficacia.
La ley dice que lo que tú comienzas lo puedes cumplir cuando está de acuerdo con el plan divino de perfección, bien sea de curación, precipitación, libertad económica, eterna juventud, o la restauración de un órgano físico, no importa lo que sea. Es posible, pero la constancia de mi rayo es necesaria para lograrlo.
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