El propósito del segundo rayo es la percepción activa y la contemplación iluminada del plan y designio de Dios. Después que has expresado la decisión de cumplir la voluntad de Dios debes recibir la idea divina y la instrucción de cómo manifestarla. Por consiguiente, la primera actividad del cuerpo mental, después de la decisión de actuar, es aquietarse: ¡Dentro de tu corazón está la llama dorada de la iluminación que te revelará la verdad!
¡Te amo, te bendigo y te agradezco todo lo que significas para nuestra tierra y su humanidad! Ayúdame a persistir en esta ciencia de la precipitación y a manifestar cada día una ideas recibida del padre para exteriorizarla conscientemente. Gracias.
Amada presencia de Dios Yo soy en mí: ¡Te amo, te adoro! ¡Oh, gran poderosa llama dentro de mi corazón, te envío mi continuo amor y adoración y al gran Dios del Universo y sus mensajeros. Envío mi amor a la vida en todas partes. Bendigo toda vida que yo contacte hoy, en pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. ¡No critico ni condeno ni juzgo en este día! Me abstengo de permitir que mediante mi palabras o sentimiento, salga de mí ninguna expresión de vida sin ir con ella la bendición de Dios. Yo Soy. Una presencia confortadoras para todas vida en todas partes.
Ven conmigo hoy, lejos de las cuitas del ser exterior. Entra conmigo a esa cavidad dentro de tu corazón que es la morada secreta del altísimo, y estando allí contempla la llama tripartita, que es la vestimenta de tu bello ser cristico. Relájate en el amor de la presencias de Dios. A medida que tu adoración fluya hacia esa presencia, acuérdate de qué cuerpo es el templo dentro del cual está la llama inmortal de la vida eterna, que es el ser cristico, hecho a la imagen y semejanza del eterno Dios, esperando tu amor, tu adoración y tu devoción.
A aquellos pocos que rara vez le piden asistencia, les dice: ¡Todo eso que tú me pides, amado, yo puedo serlo y mucho más!
Cuando tu adoración sea una constante actividad dentro de lo más profundo de tu ser, este ser Cristo crecerá, se expandirá. No necesitarás proclamarlo con palabras. La luz que irradiará de su presencia, siempre creciente y que responderá a tu vida derramada en él, se hará visible como un aura radiante flameando en contorno tuyo y todos la verán.
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