viernes, 2 de septiembre de 2016

Nuevamente Yo soy.

Amada presencia de Dios, yo soy, en mí y en todas la humanidad, amado Jesús. nada, Uriel, mi propio ángel ministrador y el de la paz, yo los amo, los bendigo y les doy las gracias en nombre de todas la humanidad por sus servicios a nuestra tierra en tantísimo tiempo.

Enciendan sus llamas cósmicas de amor, gracia y ministración, saneamiento y paz, en mí y que irradien a través mío para bendecir y ayudar a armonizar toda especie de vida que yo contacte.

Envuelve todos mis esfuerzos constructivos en tu gran llama de amor y paz. Flamea tu llama de paz como mil soles en mi cerebro y mis sentimientos y en lo de toda cosa viviente en el universo, y en la de todos los que vendrán aquí en el futuro, mantenla encendida hasta que la paz y la buena voluntad sean una viviente realidad para siempre sostenida y siempre expandiéndose en este planeta tierra. ¡Te damos gracias!

Amadísima presencia de Dios, yo soy en mí ¡hoy estoy renovado! hoy estoy vivo con esa vida majestuosa dada a mi por el padre. Por la vida que usé mal ayer, invoco la ley del perdón y acepto la poderosa actividad de la llama violeta transmutadora, ya que hoy, dentro de mi mágico manto de luz, mi impasable anillo de llama, poseo los dones de vida divina, sin mancilla, puros, limpios. Hoy puedo convertirme en lo que Dios tiene dispuesto. Mi ser cristico en acción, pues yo soy la conciencia crística ahora manifestada y eternamente sostenida. Mantenme sellado en un pilar de fuego violeta que trascienda toda humana creación en, a través, con contorno mío, o aquello que se me está devolviendo, buscando redención, hasta que yo sea enteramente liberado y ascendido.

Tomen su tiempo al santificarse. Yo les pido que aprendan a aquietarse, aún cuando no haya ninguna emergencia. Practiquen aquietar su pensamiento. No lo dejen correr. Hagan que sus memorias etéricas no resuciten  nada discordante. Detengan la inquietud de sus cuerpos físicos, y luego si pueden, vuélvanse suavemente hacia el ser supremo, o a un solo ser de luz, hasta que se sientan anclados en la paz. Con una persona que logre hacer esto se salva una ciudad.

Yo he resuelto que la ciencia y la realización del uso del fuego violeta sean radicadas en un ser no ascendido, como una manifestación científica, absolutamente irrefutable, que no se puede negar. Yo estoy más ansioso de lo que ustedes jamás puedan estarlo, de que aprendan a usar la llama violeta, porque ustedes tienen que hacer mis veces en el mundo de las formas, ya que yo, por ley cósmica, tengo que permanecer detrás del verlo. Ustedes, mis amigos, acéptenme. Déjenme caminar por la tierra a través de ustedes. Dejen que yo les ayude con esta alquimia divina. Vengan a los templos del fuego violeta cuando duerman por las noches, y yo me sentaré a explicarles y repetirles la ciencia y alquimia de la llama violeta. Sepan que hay un sitio reservado para ustedes en el corazón y hogar de Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario