...restantes, ya que parecían trabajar a un ritmo desenfrenado, sin descanso o sueño.
Finalmente, el gran templo fue construido un mes antes del plazo límite de tiempo.
El general Octavio fue nombrado el gobernador de Ethen.
El día de la consagración del templo llegó. El emperador, el sumo sacerdote, el general Octavio y todo el pueblo llenaron el templo -todo el mundo, menos los esclavos que estaban encadenados ahora que la tarea se había completado.
Toda la gente observó esta maravillas de la arquitectura, nadie había visto nunca antes algo tan alto, tan espléndido y colosal. El viejo templo parecía palidecer con insignificancia y ahora sólo parecía estar listo para la demolición.
El asumo sacerdote comenzó a cantar plegarias que sólo el comprendía. El emperador que se encontraba en un estado solemne de piedad fue molestado repentinamente por algo que caía en su cabeza, lo hizo a un lado -era cascajo. Miró al general, él también se estaba quitando gravilla. Luego comenzaron a caer rápidamente más fragmentos de cascajo. Todos miraron hacia arriba levantando las cejas.
Las paredes del templo temblaron y las dos columnas principales de éste comenzaron a ceder. Al principio, sus pies quedaron adheridos al piso con un temor mortal y luego se inició una estampida desesperada.
El templo que había sido construido con un apuro peligroso se estaba ahora desmoronando en un frenesí acelerado. En unos momento, todo el edificio cedió, matando a todos los que estaban adentro.
Todos excepto los esclavos, que padecían encadenados, murieron. Sin amos que los azotaran y gobernaran, se liberaron de sus cadenas y se convirtieron en hombres libres.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
El emperador me recuerda a esos accionistas y juntas directivas que exigen impacientemente ganancias instantáneas sobre sus inversiones y el general, me hace pensar en el director ejecutivo que tiene poco tiempo para ponerse a prueba. El general tenía la visión correcta -construir un templo que durase por una eternidad, en lugar de construirlo en un año. Un templo que se erige con peligrosa prisa colapsará con frenética rapidez. Debe haber un cimiento para todo. Consideremos el caso del servicio al cliente. La confianza del cliente es el ladrillo para las equidad de marca, el éxtasis del cliente y la repetición de las operaciones. Pero a menudo, las corporaciones juegan con imágenes para ganar a los clientes y luego no pueden cumplir con las promesas de marca. Hemos visto a importantes automotrices recuperando sus vehículos y a empresas farmacéuticas retirando medicamentos del mercado, creando así una crisis de confianza. Sólo cuando la confianza del cliente se pierde se hace todo lo posible para recuperar la fe y reforzar la confiabilidad.
Pienso que la causa principal de todo esto es que vivimos en una cultura que ansía la satisfacción instantánea, una cultura que se desarrolla en soluciones rápidas que sólo producen resultados a corto plazo que sólo cran más problemas de los que solucionan. Lo que necesitamos realmente son soluciones sólidas, y éstas requieren de tiempo, planeación y paciencia, opinó Alejandro.
¿Acaso la parábola no refleja también cómo tratan las corporaciones a sus recursos más valiosos, es decir a su gente? dijo Ana. ven un buen año, contratamos personas y, en un mal año, despedimos gente y hacemos recortes. Así que ¿cómo se espera lealtad de la gente? Yo diría que la culpa de esto la tienen las proyecciones demasiado optimistas que hacen las corporaciones. El resultado se refleja en las capacidad, y luego hay un ansia de recortar costos, siendo el personal la primera víctima. Alejandro, aun cuando buscamos soluciones no consideramos a la gente adecuadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario