Seres humanos perdidos.
Como
siempre lo hago, me concentraré en México. Este tema es muy duro, fuerte, pero
real.
En
cualquier rincón de nuestro país, desafortunadamente, hay muchos seres humanos
perdidos, seres que respiran pero no tienen una razón por la cual vivir y mucho
menos ser felices.
Lo
anterior, tiene que ver desde sus orígenes como seres vivos, hijos de padres
sin cultura, viciosos, flojos, llenos de traumas provocados por sus
ascendientes, que forman un círculo vicioso que nos mantiene en la mediocridad,
en la pobreza como Nación porque son mayoría.
Muchos
conocemos a estos seres desgraciados (por estar en desgracia, lo aclaro porque
la generalidad cree que es un insulto), y los hay de diferente estrato social,
pero obviamente, abundan en la pobreza. Es común encontrar a nuestro paso a
esos seres, que su mirada denota tristeza, su andar, su manera de ser y vestir,
muestran cuán lejos están de la felicidad.
Estos
seres son aquellos que nacieron fuera de matrimonio, cuando sus padres eran, incluso
menores de edad, que no tuvieron oportunidad de estudiar lo básico o por su
inmadurez dejaron de hacerlo, que desde temprana edad comenzaron a ganar dinero
para subsistir, creyendo que estaban trabajando, pero no es así. Esos seres que
pocas ocasiones recibieron una palabra, una caricia, un gesto, ya no digo de
amor, sino de aprobación por parte de sus padres. Esos seres víctimas de las
circunstancias que repiten todo eso y más en sus hijos y por ende, la población
feliz, va disminuyendo.
Pocos,
muy pocos, aceptan su situación física, espiritual, emocional, personal. La
mayoría finge lo contrario a lo que podemos observar. Sobre todo las mujeres,
ellas en su mayoría y platicando con sus amigas, son las víctimas de los
crueles y desconsiderados hombres, pero esa es otra historia.
Una
persona carente de vida, felicidad y amor, tiene que buscar atajos para, según
ellos, equilibrar, con otra cosa, lo que le falta. Muchos se inclinan por la
maldad, por lo ilegal, por hacerle daño a los demás y el resto hacen menos,
pero buenos no son.
Un ser incompleto, busca en el alcohol, en las drogas, en la delincuencia, un escaparate a su infelicidad, se tatúa, se coloca piercing para llamar la atención, porque cree que con eso, la gente lo mirará y no pasará desapercibido, aunque solo sea para burlarse o huir de él, (claro, hablo de la gente considerada normal), se lían a golpes por cualquier tontería y a la menor o nula provocación, los hay que hasta portan arma blanca o pistola y ahí el resultado llega a ser fatal. Por su escasa materia gris y por lo mismo, incapacidad para analizar, razonar y reflexionar cometen innumerables acciones contrarias a lo correcto, creyendo equivocadamente que los buenos son más.
Estos
seres, carecen de preparación profesional y técnica, ya que muchos comenzaron a
laborar, incluso, siendo menores de edad. Duran poco en los empleos de la
iniciativa privada, los que ingresan al gobierno en cualquiera de sus niveles,
pueden tener una base, plaza o cierta estabilidad, pero todo el tiempo se están
quejando del bajo salario, del excesivo trabajo que hacen, aunque sabemos que
en todas las áreas de gobierno sobra gente y falta que hacer. Se quejan siempre
y se quejan de todo. Viven intrigando en contra de los demás, y aunque haya
algunos con carreras truncas, no dejan de pertenecer a este numeroso grupo.
Estos
seres, caen en las garras del consumismo, contratan televisión por cable,
tienen telefonía celular con plan o cada X tiempo carga saldo para tener
internet y llamadas ilimitadas (ingenuos), compran muchas cosas a plazo, los
hay que hasta adquieren su despensa, a meses sin intereses, compran cantidad y
no saben distinguir la calidad, piden prestado a la gente, en sus empleos, a
las innumerables financieras o cajas de ahorro que solo existen y abundan en el
país, empeñan lo que tengan, son excelentes anfitriones, porque cualquier
pretexto es bueno para armar una pachanga, donde lo que más abunda es el
alcohol, mujeres y la buena música.
Eso
y más son las características de estos personajes, pero la más frecuente y
común, es su religiosidad, llámese católicos o de cualquier otra asociación
religiosa como lo señala la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, están ávidos de creer en alguien y no se dan cuenta de que solo les
están quitando su dinero para mantener a vivales, porque hay que dar su crédito
al catolicismo, que es la única que no exige a todos los creyentes como las
demás, salvo a los que están más cerca del poder celestial, que algunos también
se llevan su parte de gloria económica. Las demás instituciones, hacen de la fe
un negocio y lo peor, es que la gente analfabeta, regular y preparada, por
igual, caen en las redes de estos delincuentes sin escrúpulos. La falta de
felicidad, alegría, amor, interés, etc. en la gente, es la principal causa de
la pobreza, ésta a su vez de la delincuencia, de la inseguridad, etcétera. La
ignorancia produce dinero y también lo quita, pero en las manos de los seres
humanos perdidos el dinero jamás les dura, viven al día con lo poco o mucho que
ganan y nada tienen ahorrado para su vejez.
Amable
lector, si en tu vida no hay más porcentaje de felicidad y demás valores
positivos, cambia tu forma de ser y de ver la vida, no vaya a resultar que en
tu epitafio se escriba la frase: nació, creció, vivió, murió y nunca supo para
que existió.
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