La historia de Leticia.
Quiero
aprovechar el espacio para hablar de la historia de una mujer mayor, pero con
mentalidad enferma, débil, de gente joven, en cuerpo de cincuentona.
Su
historia se remonta a que no tuvo la oportunidad de vivir y convivir con su
padre, pues éste tuvo otra familia, entiéndase mujer e hijos, lo que propició
que creciera con traumas, complejos y demás desviaciones mentales, porque
hereditariamente, tiene problemas sicológicos, ya que tiene un hermano que está
enajenado mental. Por lo que no está totalmente libre de esos síntomas.
Pese
a todo, estudió lengua inglesa en la universidad, se casó, tiene dos hijos,
pero todo el tiempo, ha mantenido una idea equivocada de su vida, porque se
cree de alcurnia, de abolengo, aunque su físico en nada le ayuda.
Trabajó
en escuelas oficiales, particulares, de idiomas, hasta que hace unos años,
haciendo lo que hace la gente malagradecida, literalmente, se robó a varios
alumnos y fundó una escuela propia, pues contaba con terreno e infraestructura
en su casa, para hacerlo. Y hasta el día de hoy, ahí continúa.
Su
marido, con licenciatura en el área de humanidades, aunque no cuenta con cédula
y título profesional, como un alto porcentaje de cuasi profesionales en México,
no ha tenido suerte en el mundo laboral, aunado a que su área profesional, no
se presta para muchas oportunidades, tiene años de estar desempleado, y con los
aires de grandeza que esta mujer, se da, ha propiciado innumerables discusiones
maritales, pues a decir de ella misma con sus amistades, ya se dio cuenta de lo
poca cosa que representa él para ella y de flojo, mantenido y mediocre no lo
baja, además de que no acepta a la familia de él, hablando de su suegra y sus
cuñadas, pues él es el único hombre de su casa.
Tanto
es su desprecio a su pareja, que en las vacaciones escolares oficiales, agarra
a sus hijos y se va a la Ciudad de México, donde vive una hermana de ella, en
las de semana santa y verano, ocasionalmente lo hace, pero en las de fin de
año, son seguras que los tres se las pasan allá. Y su marido, se tiene que
refugiar en su casa materna o definitivamente, se queda solo en la suya.
Así
transcurre la vida de esta pareja con dos hijos; el esposo, se encarga de los
hijos, del hogar, de arreglar desperfectos o construir nueva infraestructura
para vivir y/o para la escuela, pero para ella, eso no basta, ya que desea,
anhela, quiere, que su marido encuentre trabajo, pero que éste sea bien
remunerado, porque uno de sus sueños es, alguna vez, ocupar un espacio entre la
sociedad, que vive de las apariencias, porque los verdaderos ricos y poderosos,
dijera doña Florinda, no se juntan con la chusma.
Ésta
mujer, debido a su pasada condición de pobreza económica y emocional, está
llena de defectos, vicios, traumas y complejos, ya que no puede ver que a los
demás les vaya bien en su vida, en su empleo, en sus posesiones, porque de
inmediato, sale a relucir su envidia, intrigas, chismes, coraje, y demás
antivalores que persiguen a este tipo de gente, que no tuvo y apenas empieza a tener,
pero lo que es seguro, jamás tendrá clase, categoría y educación.
Seguido
anda intrigando en contra de la gente que conoce, o lo que es más correcto,
aquella que tiene la mala fortuna de haber entablado una relación de estudios,
de amistad, etc., con ella, porque es seguro que los afectados, no la conocían.
Su
hija, físicamente nada agraciada, y en edad de experimentar un noviazgo, no ha
tenido suerte para que algún adolescente de su edad o mayor, se fije en ella,
pese a que la mamá, anda desesperada, buscando convencer a alguno de sus
alumnos para que se enamoren de su hija, incluso si los jóvenes tienen novia,
llega al extremo de inventar historias falsas en su cabeza enferma, hasta que
logra separarlos. Pero, ni así se fijan en su hija. Otra que también está
llenando su cabeza de ideas falsas, porque, la pobre chiquilla, se siente de
alcurnia, de clase, no la tiene en escuela particular, porque el dinero no le
alcanza, pero por ganas no es.
El
muchacho, está más centrado, como generalmente, sucede con los hombres, además
de que físicamente, no está mal.
En
cuanto al marido, es el típico ejemplo de lo que algunas mujeres dicen e
inventan, dijeran ellas, de TODOS son iguales, porque hay ocasiones en que los
papás de los afectados le comentan, sin el afán de molestar, de lo que hace su
mujer y cree ciegamente en la inocencia de ella, un verdadero hombre, conoce
los defectos y virtudes de su pareja, o así debería ser, pero en este caso, o
es demasiado ingenuo (por no llamarlo tonto) o lo hace por necesidad, por
interés o comodidad, pues vive bien y no tiene la obligación de trabajar para
mantener a su familia. Dijeran los antiguos, tiene una enorme concha y un gran
mandil.
Así
es la vida de esta mujer, que se empeña en parecer lo que no es, en encontrarle
un novio a su hija, sin pensar que en un pueblo chico, tarde o temprano, se
saben las cosas y dejará de percibir un ingreso que hasta hoy los mantiene, por
sus alocadas ideas, comentarios mal intencionados y desubicados sueños. Así de
triste es la vida de algunas personas, principalmente, de las mujeres.
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