LA HISTORIA DE ITZEL.
Quiero aprovechar este
espacio para hablarles de una casi niña, por edad, pero mujer por todo lo que
ha vivido.
Ella es Itzel, una
morena frondosa, alta y trabajadora, de escasos 17 años. Es nacida de
matrimonio, es la de en medio de tres mujeres, y aunque las tres llevan el
apellido del papá, existen rumores muy claros y acertados que la menor es hija
de un vecino, lo que provocó la desaparición desde hace más de 4 años de su
papá sin dejar rastro. Lo han buscado en los reclusorios, en hospitales, en los
panteones, se ha preguntado a sus amigos, conocidos, compañeros de trabajo,
lugares que frecuentaba y nadie sabe, nadie supo que ocurrió con él. Lo que ha
provocado que la chiquilla que me ocupa, se haya ido de su casa, porque
sospecha que la presunta culpable de que su papá esté ausente, es su mamá,
aunque no logra dilucidar en qué sentido o porqué causa, motivo, razón o
circunstancia éste desapareció. Y como ella misma señala, es la que más lo
quiere y no logra perdonar a su madre que le haya quitado ese verdadero y hermoso
cariño familiar.
Debido a que desde hace
tiempo vive con unos tíos, ha tenido que trabajar para sostenerse y llevar
dinero a la casa que le brinda calor de hogar, que la atiende, la viste, calza
y le da techo, comida, sustento y aunque de manera distinta, también cariño.
Esto ha provocado que sea una chamaca responsable, trabajadora, con mucha energía
y por lo mismo ha madurado un poco más que otras de su edad, porque no ha
tomado el camino fácil, el de irse con cualquier mocoso irresponsable de su
edad, pero esto no es obstáculo para, hasta el momento, emborracharse y tener
relaciones sexuales con los que tiene cerca. No ha tenido la mala suerte de
embarazarse, pero sí de pescar infecciones de transmisión sexual.
En relación con los
trabajos desempeñados, ha estado en puestos callejeros de hot dogs y
hamburguesas, elotes, frutas y verduras, tiendas de abarrotes, en fondas o
cocinas económicas, donde, los dueños, carecen de toda sensibilidad y lo mismo,
la ponían a hacer tortillas, que a lavar trastes, lo que provoca malestares de
artritis, etcétera (por la mezcla de lo caliente con lo frío) que pueden
resultar graves más adelante, los que ahora ya están haciendo mella en su
salud, y apenas tiene 17 años. Tiene dolores en brazos, manos, piernas, cadera,
cabeza, en fin, es un estuche de enfermedades, es el costo, la consecuencia de
haber nacido en una familia que no la ama, que quizás nació por accidente, por
no cuidarse, porque Dios así lo quiso, pero con las actitudes de su madre se
muestra que lo que menos le tiene es amor, porque la busca solo para pedirle
dinero y al no decirle donde está su papá, que más se puede creer.
Nunca se deja de
conocer gente, ni historias que rebasan a la ficción, todo el tiempo hay cosas
nuevas que el ser humano va aprendiendo, de ahí que se diga que nunca es tarde
para aprender, porque eso es precisamente, nunca se deja de aprender y el
conocer a esta chamaca, que podía ser mi hija, mirarla, con esa energía,
alegría que desborda en su vida, no puede uno imaginarse, que tanto futuro
puede tener con esa vida difícil que le ha tocado vivir, y estar casi en el
abandono, porque no tiene padre y su madre, no le tiene cariño o afecto, solo
tiene su fortaleza. Y juventud que hasta hoy la mantiene de pie.
Padres que me leen, es
triste saber o conocer a tantos niños y jóvenes que pasan por situaciones tan similares,
difíciles y peores, aquí si cabe preguntarse ¿Por qué la naturaleza es tan injusta?, hay tantas
parejas que tienen mucho que dar a un hijo y por una u otra causa, no pueden
ser padres, en cambio, los que no tienen riqueza moral, ni mental y mucho menos
fortaleza y espiritualidad, tienen la fortuna de convertirse en padres, padres
que repiten en sus hijos los vicios y antivalores que vivieron en su niñez, en
su infancia, en su vida y se va haciendo un círculo vicioso que va mermando a
nuestra sociedad mexicana, seres humanos sin mucho futuro, carentes de todo,
pero principalmente, de lo que nos hace fuerte, de lo que nos convierte en
humanos, el amor filial, paternal, maternal, fraternal. Te invito amable lector
a dar más calidad de tu tiempo a tus hijos, nunca es demasiado tarde y siempre
hay tiempo para cambiar el rumbo de una nave que va hacia la tormenta y te
darás cuenta de la grandeza que obtendrás y sobre todo lo que vas a heredar al
mundo, porque son ejemplos que se van repitiendo (así como lo malo) y cada vez
se van mejorando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario