LA INOCENCIA JUVENIL.
El
ser humano, es tan impredecible y las circunstancias, situaciones y actitudes,
ante la vida resultan de igual manera, diferentes.
Es
frecuente escuchar en la televisión y/o la radio, leer en los diarios o en la
internet, así como de familiares, amigos y conocidos, que las estadísticas
manejan una edad menor en la que los niños se convierten en padres, y por
consiguiente, adquieren nuevas responsabilidades que no realizan como los
mayores de edad.
Todos
sabemos o conocemos a unos menores de edad, que, aunque resulte inverosímil,
desde la primaria, secundaria o preparatoria, resultan embarazados, lo cual es
resultado de muchos factores individuales, o en algunos casos, la suma de dos o
más, tales como la desintegración familiar, la falta de atención en la familia
(cuando ambos padres viven en la misma casa), por imitación de los amigos,
familiares o conocidos, por verlo en las películas, series, telenovelas,
revistas, internet, por ignorancia, por desconocimiento, por un valemadrismo
que solo afecta al que lo provoca, entre otros.
En
lo particular, derivado de mi experiencia laboral (sector campesino), me ha
tocado conocer a muchas parejas o solo madres solteras menores de edad, pero no
solo en el campo, también lo he visto en congregaciones, poblados y ciudades,
que la mayoría de menores de edad, (12, 13, 14, 15, 16 y 17 años), incluso
mayores, no saben hacer nada relacionado con el mantenimiento de una casa, es
decir, no saben cocinar, no saben lavar, no saben planchar, barrer, no saben
trapear, no saben sacudir, limpiar, no saben la enorme responsabilidad que
conlleva mantener un hogar, es más, muchas veces no saben ni hacer sus cosas
personales o individuales, porque en sus casas, sus padres no las dejan hacer
nada, y ese es el mayor error que los padres cometemos, igual por
irresponsabilidad o ignorancia y muchos adultos se esconden tras la máscara de
que nadie los enseñó a ser padres, pero solo es una excusa o pretexto para
deslindarse de lo que no quisieron o supieron hacer, porque hay hogares que
pueden etiquetarse como modelos y al igual que los demás, los padres
desconocían muchas cosas, pero mostraron madurez, responsabilidad y valores
morales.
A
los menores de edad, o incluso mayores, les resulta fácil evadirse del camino
correcto y tener relaciones íntimas sin una reflexión analítica, porque aun
cuando lo hagan con preservativo y toda la protección para evitar un embarazo
inesperado, no es la edad correcta, ni para tener relaciones sexuales
responsables y no es que quiera escucharme o leerme machista y querer que,
sobre todo las niñas, lleguen vírgenes al matrimonio, a lo que me refiero es a
la adicción que el sexo provoca en muchos niños, adolescentes o jovencitos,
porque de acuerdo con testimonios de ellos, de ambos sexos, al probar el
contacto íntimo, ya no pueden dejar pasar un largo tiempo sin volverlo a tener
y, en algun@s casos es tal la obsesión que se entregan a cualquiera y eso va
demeritando su valor, principalmente, en las mujeres, amén, de que en la
inmadurez, los muchachos alardean, hasta de más, de sus aventuras con sus
amigos y después de zorras (que es el término usado en lugar de prostitutas,
por los jóvenes en la actualidad) no las bajan y es un trauma fuerte que van
teniendo, pero que, como ellas indican, es algo que no pueden evitar, porque
una vez que han tenido sexo, lo desean cada vez de manera más frecuente y es
creíble, amable lector, porque a ti y a mí nos sucede y sucedió, con mayor
razón a unos jóvenes inmaduros, impreparados, y casi niños.
En
el caso contrario, cuando resultan consecuencias embarazosas, ¿qué van a hacer
o adónde van a llegar un par de jovencitos que no saben hacer nada o casi nada,
que el hombre trabaje en cualquier actividad y sea explotado por la edad, por
la falta de capacidad, experiencia, estudios?, a la separación, porque su vida
de carencias, necesidades y reproches, tarde o temprano lo provocará, así como
en muchos casos a las constantes infidelidades de uno o ambos, porque en la
calle les gusta otr@, porque, sobre todo las mujeres, encuentran a otro más
maduro o con dinero y ya no van tras el amor, sino tras el dinero y no les
importa lastimar a su pareja, y tantas causas, motivos, razones o
circunstancias.
Asimismo,
por comentarios recibidos de chiquillos en esta situación, conforme pasa el
tiempo, van amargando su existencia con resentimientos hacia los demás
jovencitos que continúan estudiando y que encuentran en cualquier sitio,
felices y sonrientes, además de que al adquirir otras responsabilidades antes
de la edad adecuada, se les nota en su rostro, en su cuerpo, las huellas de la
tristeza, del sufrimiento, de la madurez forzada y más que nada, por la
inocencia perdida antes de tiempo y que siempre añoran. Pero los únicos
responsables, son ellos, por dejarse llevar por los genitales y no por la
razón. Sin embargo, hay pocas, pero las hay, parejas que a pesar de pasar por
estas vicisitudes, se levantan, son felices y alcanzan la madurez plena siempre
juntos, rompiendo con ello un círculo vicioso, pero, son casos contados.
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