La historia de Katya.
Quiero
aprovechar el espacio, para hablar de un ser humano, de esos sui géneris que no
imaginamos encontrar en esta vida, pero que nunca dejamos de sorprendernos con
personalidades tan extrañas.
La
protagonista de este análisis, es en la actualidad, una mujer madura, madre de
familia, divorciada, activista social y política por naturaleza.
Nace
en el seno de una familia modesta, tuvo la oportunidad de estudiar, sin
embargo, su capacidad intelectual no era muy fuerte, por lo que en el
bachillerato tiró la toalla, en parte, porque se enamoró, se casó, tuvo
familia, pero su vida resultó un infierno, por lo que algunos años después, se
divorció, quedándose con la patria potestad de sus hijos.
Soy
un convencido de que la gente poco cambia, que siempre es igual, pero que poco
a poco va quitándose la máscara que se trae desde el momento de nacer, por lo
que Katya no fue la excepción. Su carácter agresivo, intolerante, rijoso a la
menor provocación, siempre la distingue.
Sus
palabras para toda la gente son llenas de cariño, amistad y efusividad, pero en
el fondo, encierran una completa hipocresía, porque como sucede con la gente de
escaso nivel intelectual, al darse cuenta de algo que no le satisface, comienza
a atacar, olvidándose de todo lo bueno que de su contraparte ha recibido, pero
se olvida también que la vida es una constante de subidas y bajadas, por lo que
no se tiene que agredir u ofender a los demás, con alejarse, es más que
suficiente, salvo excepciones, pero si andas en busca de figurar en el ámbito
político, tienes que guardar las apariencias, convirtiéndote en un simulador
profesional, lo que ella no hace. Además de que no comprueba antes de actuar.
Cuando
se dedica a atacar a otro, lo hace de frente, lo cual se agradece, porque el
mexicano y más los políticos, están acostumbrados a hacerlo tirando la piedra y
escondiendo la mano, pero sus ataques son demasiado agresivos, pues se mete con
el honor, con la familia, con las preferencias sexuales, con todo, no se guarda
nada, por lo que muchos dicen, con Katya de lejitos, entre menos le cuentes tus
cosas personales, mejor, y créeme amable lector, es verdad.
Sus
actitudes para con todos, denotan una total frustración consigo misma y con la
vida que le tocó, pues intenta vivir de una manera muy diferente, habla de
dinero abundante, sus hijos van a escuelas particulares, viste ropa exclusiva
de marca, etc. aunque todos los días, esté con la zozobra de cómo hará para
cubrir esos gastos exagerados y para nada necesarios, busca estar cerca de los
políticos encumbrados en el momento, se toma fotografías con ellos y las
publica para impresionar a sus contactos, incluso, más de alguno, ha tenido sus
amoríos con ella, porque ha sido varias veces candidata a cargos de elección
popular de su pueblo y distrito federal y local, por partidos de izquierda
mexicana, obviamente, sin resultados favorables, pero que les ha sacado
provecho para mantenerse en el ánimo de los electores.
Sin
embargo, como ella comenta, de los gobiernos de izquierda de los partidos en
los que ha participado, jamás ha recibido nada para apoyar a la gente, en
cambio de los partidos de derecha y centro sí, pero siempre los ha atacado, por
lo que el agradecimiento, no forma parte de su casi nula escala de valores. ¿Será que la conocen bien?
El
motivo de mi análisis, es para hacer ver, como actúan la mayoría de mexicanos,
cómo en y con sus acciones negativas, van sembrando su futuro, muchas veces,
nos hemos preguntado, será que la gente no se da cuenta de lo que hice o
alguien hizo por ella, porque no agradece, aunque sea el haberla escuchado
cuando lo necesitó, pues Katya es un claro ejemplo de que si se dan cuenta,
pero son malagradecidos por naturaleza, puedes hacer una, cien, mil acciones
buenas por alguien, pero deja de ayudarlos, por la causa, motivo, razón o
circunstancia que sea, y hasta ahí llegaste, y créeme amable lector, nunca te
agradecen, simplemente te buscan, te soportan por interés, por necesidad,
porque los sacas siempre adelante, pocas, muy pocas veces por verdadera lealtad
y agradecimiento. Lo que trae como consecuencia que el Universo o Dios para los
creyentes, te manda lo mismo que haces, pero el mexicano, no acepta ni reconoce
que hace las cosas mal, siempre tiene que buscar y encontrar culpables para
justificar su nada digna manera de ser.
Muchos
no creen, pero la ley de causa y efecto existe, a toda acción le corresponde
una reacción, vivimos en un mundo dual, hay blanco y negro, bueno y malo, hay
derechos y obligaciones, si tienes ideas y acciones de engaño, simulación,
manipulación, eso mismo, tarde o temprano, recibirás, si ganas menos y gastas
más, jamás saldrás de deudas, si provocas maldad, lo mismo recibirás, si
trabajas y solo cumples con el horario, no esperes una mejora salarial y
escalafonaria, el cambio debe empezar de forma individual, los hijos del
ejemplo aprenden, así que no te quejes de su manera de ser, porque son tu
reflejo; cambia el circulo vicioso que pueda existir, por un circulo virtuoso
en el que todos salgamos adelante.
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