Mujeres mexicanas.
Aprovecho
el espacio para hablar de un tema, que para los ignorantes, retrógradas e
intolerantes, está prohibido, resulta misógino, pero que en realidad no lo es.
En
México, somos criados la mayor parte del tiempo por una mujer, llámese madre,
abuela, tía, bisabuela, madrastra, etcétera, porque los padres tienen que
ausentarse del hogar para trabajar y conseguir lo necesario para la manutención
familiar (casa, comida y sustento), por consiguiente, se crece con las ideas de
una mujer, y de ahí, la mayoría creen a ciegas que todo lo que vieron, oyeron y
aprendieron de la mujer que los crio, es la verdad absoluta, principalmente, en
cuanto a su relación con los míseros hombres, que acusan a la mujer sin razón.
Pocos,
muy pocos de verdad, con el paso del tiempo y la etapa de la vida llamada
madurez, logramos alcanzarla y conocer la verdadera intención de la mujer y
aquí es donde todos (mujeres y hombres con mentalidad totalmente femenina)
atacan a los que dejamos de ser maniquíes sin capacidad y ya pensamos, sentimos
y analizamos por voluntad propia, dejando de hacer sólo lo que a ellas les
conviene, lanzando adjetivos idiotas como machista, poco hombre, desgraciado
(como dice Laura Bozzo) y más.
Lo
he dicho en otras entregas y lo repito, el deporte favorito de toda mujer es
atacar al hombre, el tema de conversación de una reunión de mujeres, es el
hombre y todas sus características negativas, reales, exageradas e inventadas,
y como somos un país dominado por las mujeres (desde niños nos adoctrinan
contra nosotros mismos), el machismo, es solo una palabra usada por los más
avanzados (estancados, diría yo), porque si en verdad en nuestro país, el
hombre dominara su hogar, el trabajo, el gobierno, seríamos una potencia
económica y no emergente como en realidad lo somos; te invito, amable lector, a
que dirijas tu vista a los países más ricos y poderosos del orbe: los árabes,
ahí la mujer está dedicada a su hogar, ahí ellas no toman decisiones
importantes, mucho menos relacionado con el dinero. Y aunque se nos diga, hasta
el hartazgo, que las mujeres son mejores administradoras que los hombres, es
falso como otros mitos inventados para terminar de lavarnos el cerebro con
falacias. Una cosa es mal llevar un hogar, porque nunca hay dinero que les
alcance, sea poco o sea mucho lo que reciban por día, semana, quincena o mes,
siempre se quejan. Y otra muy diferente sería administrar la abundancia, se
volverían locas, gastando el presupuesto público.
Con
las recientes reformas relacionadas con la equidad de género, en las que
actualmente de manera forzada, obligada, las candidaturas para cargos públicos
están 50/50, la política en lugar de subir ni nivel de credibilidad, capacidad,
preparación, está decreciendo, porque los partidos políticos rellenan espacios
con mujeres sin la debida preparación, únicamente para cumplir con la norma
establecida. De por sí, en cuanto a los hombres, es difícil encontrar
individuos preparados, con calidad moral y humana, en un área ideada por ellos
y para ellos, con mayor razón, en algo que se hizo, como casi todo, sin pensar
a futuro, donde nadie tenía los cuadros femeninos necesarios para competir con
dignidad.
Siguiendo
con lo que ya hay, el Papa Francisco, jerarca de la religión católica, ha
señalado en más de una ocasión, que la equidad de género está destruyendo a las
familias, a la economía y a las personas. Lo que es cierto, porque, aunque se
insista en lo contrario, la capacidad de una mujer, está en la facilidad con la
que abre las piernas, con quien las abre y a cambio de que las abre. Si no se
tiene un familiar poderoso (económica y/o políticamente), lo cual es nepotismo,
todas las demás mujeres que han alcanzado un peldaño importante en la escalera
de la administración pública y privada dentro de la política, lo han hecho por
esta causa. Además, la mayoría de ellas están solas, sin familia o siendo
madres solteras, cuyos hijos son de hombres casados.
Es
fácil observar que las mujeres que trabajan, sean casadas o solteras, terminan
siendo infieles a sus esposos, parejas o novios, es una característica general,
porque en todos los trabajos lo que sobra es tiempo de asueto, y como se dice,
la ociosidad es la madre de todos los vicios, aunado a que las mujeres están
acostumbradas a que les hablen bonito, a que les digan lo que quieren escuchar,
aunque sean mentiras y los hombres lo saben. Al final, terminan teniendo sexo.
Lo que origina que al enterarse la contraparte, se termina la relación o por lo
menos se acaba la confianza. Muchas lo hacen por ambición, de manera
premeditada y perfectamente conscientes de lo que quieren. Otras parejas, están
de común acuerdo y solo les importa el dinero obtenido a costa de la dignidad
humana.
Finalmente,
quiero terminar mi comentario con dos supuestos. El primero, el hombre, normalmente
es el proveedor del hogar familiar, y las mujeres, siempre se quejan de la
falta de dinero, de interés sexual hacia ellas, lo cual, tiene que ver con el
cansancio, no siempre laboral, pero sí del tiempo fuera de casa, ¿Crees
estimado lector, que estaríamos mejor si esta situación fuera al revés? Si las
mujeres fueran las proveedoras.
El
segundo, si en algunos años, se invirtiera el 50/50 a 60/40 o 70/30 en
beneficio de ellas, y posteriormente se quisiera volver a equilibrar 50/50 o
disminuirlo ¿Cuál sería su reacción?
Difíciles
¿Verdad?, te invito a meditarlos, a analizarlos, a razonarlos, pero sobretodo,
de una manera consciente, recordando que como toda regla general tiene sus
excepciones, pero aprender a reconocer el verdadero rostro de las mujeres, es
importante para vivir mejor.
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