Nacionalismo mexicano.
Con
la llegada al poder de los Estados Unidos de Donald Trump, investido como el
presidente de la República número cuarenta y cinco, del vecino país, y sus
comentarios que aparentemente, conllevan cumplir con sus promesas de campaña,
ha crecido este sentimiento entre los mexicanos: el nacionalismo.
Las
declaraciones de Trump y su equipo de gobierno, han demostrado que la política
es igual en cualquier país del mundo, así sea una potencia económica, y es que
todos y todo se presta para subir o bajar a gobiernos, empresas
transnacionales, partidos políticos, etcétera. Tal y como sucedió recientemente
con nuestro presidente Enrique Peña Nieto.
Todos
los países tienen un sistema político y México, no es la excepción, ese sistema
es el que gobierna todo, absolutamente todo lo deciden y definen unos cuantos,
que como en todo, van cambiando conforme los intereses mundiales lo necesitan.
Pertenecen a este club (por la importancia), empresarios, políticos de carrera,
banqueros, intelectuales, universitarios destacados, analistas, deportistas,
etc. pero, como dije, en número reducido, de las distintas corrientes
ideológicas, sociales, culturales, aunque veamos la existencia de diferentes
partidos políticos (actualmente hay 9 partidos nacionales y en cada estado hay
partidos estatales), todos forman parte del mismo sistema, pero la gente por
ignorancia, desconocimiento y falta de atención no se da cuenta de que todo
está fríamente calculado y todo gira en torno a los integrantes de la élite que
responde a los caprichos y políticas de las potencias mundiales. Entre ellos
mismos juegan los papeles antagónicos y protagónicos, y claro que tienen un
salario secreto, pero que forma parte del erario público. Esta es la razón
principal, por la que pocos, muy pocos, son encarcelados, siempre caen en
desgracia, los terceros o llamados chivos expiatorios. Si los atacan
públicamente, los desacreditan, pero con el salario de por vida que obtienen,
eso no les importa y mucho menos les afecta, recordemos que el mexicano es de
memoria corta y pronto todo se les olvida.
Regresando
al tema central, al finalizar el año 2016, la popularidad del presidente
Enrique Peña Nieto estaba por debajo de la media (tomando en cuenta la escala
del 1 al 10, menor al 5), debido a que se sabía que el primer minuto del año en
curso, subiría la gasolina entre 14% y 20%, esto es, entre $2.00 y $3.00 por
litro, y los medios oficialistas (y hasta los no oficialistas) entreteniéndonos
con la próxima toma de posesión como presidente de los Estados Unidos de Donald
Trump señalada para el 20 de enero, los mercados internacionales vueltos locos,
el dólar subía, nuestro devaluado peso, descendía y la inconformidad de la
ciudadanía iba en aumento, aquí se dio otro evento importante, desapercibido
para la mayoría, el propio gobierno vía sus agrupaciones civiles afines, en
algunas ciudades del país y en tiendas comerciales específicas, comenzaron a
realizar saqueos y desmanes, para inhibir a otras organizaciones que estaban
pensando realizar algunas acciones, buscando, ingenuamente, revertir el aumento
a los combustibles. Con esto, la opinión pública se volcó hacia los revoltosos
y se empezó a olvidar el aumento. Pero la popularidad presidencial seguía a la
baja, un día antes de la toma de Trump, fue enviado el Chapo Guzmán a los
Estados Unidos, pero tampoco hubo el resultado esperado, incluso casi pasa
desapercibido, entonces tuvo que comenzar el espectáculo del inquilino número
45 de la Casa Blanca (tal parece que tiene estudiado su personaje y será el de
repudiado, odiado, cínico y más), comenzó con su promesa de campaña de
construir un muro (que desde hace años existe en la frontera México-Estados
Unidos [con algunas excepciones, pero existe]), para esto ya tenían programada
una reunión los presidentes de ambas naciones para el martes 31 de enero, aquí
aparece otro disparate propio de un talk show, la aparición de un twitter de la
cuenta personal de Donald Trump, donde señala que si México no está dispuesto a
pagar por el muro, no tenía caso la reunión programada, y esto si incrementó la
popularidad de nuestro presidente, todo el SISTEMA mexicano se unió en torno a
él y por ende, a su partido (PRI), surgieron los sentimientos nacionalistas, en
todos lados, se oían y leían voces de propios y contrarios, pidiendo se
arropara a nuestro atacado mandatario, que cancelara la reunión (como sucedió)
y el nacionalismo empezó a crecer.
Se
empezó a decir que no necesitamos de Estados Unidos para vivir, (caso más
erróneo), que no compremos en las tiendas y negocios extranjeros
(principalmente estadounidenses), se les olvida que esas empresas proporcionan
miles, quizás millones de empleos a nuestros compatriotas (Walmart y su cadena,
McDonalds, Burguer King, Ford, GMC, etc.), además de que lo que utilizan o
venden en ellos, son comprados a mexicanos, poco, muy poco, viene de fuera del
país, hasta las marcas propias, son fabricadas con productos mexicanos y demás
insumos. Así que una vez más, nos ponemos en ridículo a nivel mundial, porque
desconocemos cómo funciona la política a nivel mundial, México, es sólo un
eslabón en esa cadena que integra el mundo, además de que pocos harían caso a
sus intolerantes acciones. (Dejar de comprar) Para que funcione algo tiene que
hacerlo la totalidad y eso entre mexicanos jamás pasará.
Lo
que debemos hacer, estimado lector, es cada quien en nuestro entorno laboral,
familiar, social, actuar de la manera más honesta posible, disfrutar lo que
hacemos y por salud mental, olvidarnos de lo que digan los demás, las cosas no
van a cambiar porque unos cuantos, que ni ellos están convencidos, lo digan,
esas son simples manipulaciones, chantajes, versiones oficialistas diseñadas
para entretenernos y olvidarnos de los aumentos en todo, porque ahora ya nadie
se acuerda de los políticos corruptos, del gasolinazo y de que todo está
subiendo día con día, porque todo se mueve con gasolina y combustible, por lo
cual tienen un incremento, aunque el gobierno y sus dependencias se encarguen
de decirnos lo contrario.
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