#Me too ([a] mí también)
Ésta
semana se puso de moda este movimiento que se creó hace unas semanas en México,
copiado de otros iniciados en el extranjero. Con la peculiaridad de que fueron
creados con las etiquetas relacionadas con la cultura, el arte, la música,
etc., el más sonado es #MeTooMúsicosMexicanos. En la red social twitter.
Esto
por el reciente fallecimiento por su propia mano, a menos que la autopsia
demuestre lo contrario, del músico, compositor, escritor, fotógrafo, guionista
cinematográfico y demás, Armando Vega-Gil.
Es
más conocido por haber sido el bajista fundador del grupo de rock Botellita de
Jerez, en la década de los 80´s, cuyo principal éxito fue “Abuelita de Batman”.
Fue
antropólogo, y se dedicó a distintas ramas de la expresión artística, como el
cortometraje, el performance y el guionísmo de cine y televisión, en
colaboración con el comediante Andrés Bustamante.
En
su faceta de escritor, publicó treinta y dos libros, entre algunos de ellos: La
ventana y el umbral (de poesía), Diario íntimo de un guacarróquer, La música de
las esferas, así como obras para niños que formaron parte del proyecto Fomento
a la lectura.
Tuvo
un espectáculo escénico multidisciplinario para niños llamado Armando Vega-Gil
y su Ukulele loco, cuya atracción era el de convertir en música y canciones los
libros.
En
el arte cinematográfico fue coguionista junto con Andrés Bustamante de la
película El crimen del cácaro Gumaro, entre otras.
Este
personaje público, fue víctima de las redes sociales, ya que dentro de ese
movimiento, cuyas beneficiarias eran las mujeres; de forma anónima y sin ningún
fundamento ni fuerza legales, podían presentar denuncias en contra de músicos,
cantantes, etc. mexicanos, por acoso y/o abuso sexual (principalmente) de parte
de algunos de ellos. Sin aportar las pruebas fehacientes y mucho menos
necesarias para probar su dicho.
Lo
que propició la equivocada decisión de Armando fue la denuncia de una mujer,
cuya identidad hasta el momento sigue sin descubrirse, quien señaló que el músico
la violó cuando ella tenía 13 años y él 50 años, actualmente estaba próximo a
cumplir 64 años. Esto, debido a su reciente, actividad con los menores de edad,
tanto en teatro como en sus libros escritos, y dado que el delito de pederastia
está tan criticado por lo que muchos sacerdotes y ministros de otros cultos
religiosos han cometido por años, sin un castigo ejemplar, aunado a la
depresión, que según varias personas cercanas a él, han declarado que sufría,
dieron como consecuencia el trágico desenlace, la madrugada del lunes primero
de abril del año en curso, después de haber publicado una carta en su cuenta de
twitter, decidió ahorcarse, colgándose con un alambre de un árbol que tiene en
el patio de su casa.
Los
vecinos lo descubrieron al amanecer, llamaron a la policía y a las emergencias
médicas, pero ya estaba muerto.
Está
claro que en un suicidio no hay culpables, porque es decisión personal de aquel
que lo hace, lo mismo sucede con las redes sociales, al no existir una
legislación que las regule, no se puede criminalizar legalmente a nadie por
incitar, provocar o fomentar tragedias como el suicidio, pero lo que sí es
cierto, es que, una vez más, lo menciono en esta oportunidad, debemos de cuidar
a nuestros hijos, saber que redes sociales frecuentan, quienes son sus
contactos virtuales, que les ofrecen, porque no es el primer mexicano (para no
ir más lejos) que muere como consecuencia de las redes sociales. Piensa amable
lector, que en éstas, se puede enviciar, prostituir, obligar a cometer algunos
delitos a aquellos débiles de mentalidad y carácter, a aquellos que necesitan
dinero para vivir o sobrevivir, a aquellos que les gusta sentir la adrenalina
que provoca hacer algo inapropiado, algo diferente, la mente humana es tan
impredecible que de un momento a otro nos puede convertir en seres
completamente contrarios a lo que somos, y más, si se está siguiendo a gente
enferma sicológicamente, que hace cosas irreverentes, nefastas y contrarias a
lo natural, en las redes sociales. Mucha gente es seguidora, imitadora, no
tiene criterio propio. Y como muchos padres no lo saben, porque no conocen a
sus hijos, es mejor que les restrinjan el uso de la tecnología.
Armando
Vega-Gil fue débil, quizás haya tenido una enfermedad incurable y sólo él lo
sabía, quizás la depresión que atravesaba resultó más fuerte que su mente,
aunado a que sintió que su carrera y credibilidad, quedaban en los suelos, dio
como desenlace su muerte. Además de que abiertamente se le notaba que era
homosexual, entonces no podía haberse creído que haya abusado de una mujer y
mucho menos de una menor de edad.
Amable
lector, las redes sociales son para perder el tiempo, para enterarse de
chismes, mentiras, para reírse un rato cuando no se tenga nada que hacer, pero
no son para que tomes en serio lo que ahí, alguien malintencionado, solo para
hacer una broma, para desquitarse de algo que crean les hiciste, porque simplemente
le caes mal, etc., digan ahí, enséñales esto también a tus hijos, a verlas como
una simple herramienta para diversión, pero que nunca y bajo ninguna
circunstancia se tomen en serio lo que ahí se diga o publique de ellos. Esto es
cuestión de fortaleza mental, convierte a tus hijos en seres fuertes, física,
mental y emocionalmente. No sea que más
adelante imiten o repitan las conductas que otros realizan, por la falta de
seguimiento, atención y amor de sus padres.
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