MIGRANTES E INMIGRANTES.
Hoy quiero
aprovechar el espacio para hablar de un tema de actualidad. Empiezo por definir
uno y otro término: Migrante es
todo aquel que migra; es decir, aquel que emigra (salir de su país, ciudad o
pueblo para establecerse en otro) o que inmigra (llegar a un país extranjero
para establecerse en él), por lo que se observa, la mayoría hemos tenido ambas
categorías sin haber salido de nuestro estado o de nuestro país.
Durante
las precampañas de los aspirantes a ser candidatos presidenciales de Estados
Unidos, esto a raíz del surgimiento de Donald Trump, hoy presidente del país
más poderoso del mundo, se pusieron de moda ambos términos.
Siempre he
tratado de ser una persona libre, normal, que no se deja llevar por las opiniones,
prejuicios o fobias de los demás, porque siempre he considerado que en toda
discusión, polémica o análisis hay tres puntos de vista: el tuyo, el mío y el
verdadero, además de que en lo personal, las mayorías, pocas, muy pocas veces
tienen la razón.
De ahí que
jamás he atacado al inquilino de la Casa Blanca, porque en mi opinión, nadie
quiere gente indeseable en su hogar, los políticos mexicanos, deberían de
preocuparse en generar mejores fuentes de trabajo para los que vivimos en este
país, y donde hay tanta gente sin empleo, claro que también estoy de acuerdo en
que la mayoría de esa mayoría desempleada o que dura poco en algún trabajo,
carece de la mínima preparación académica, además de las ganas de capacitarse o
prepararse para seguir ascendiendo dentro de la empresa o negocio en el que le
brindan la confianza de formar parte, pero al contrario, buscan hacer menos y
ganar más, rehúyen a las responsabilidades, al trabajo, entre más pasen
desapercibidos y los conozcan, mejor para ellos, su lema es: hacen como que me
pagan, yo hago como que trabajo.
Y lo mismo
sucede con los migrantes mexicanos que están en el país vecino, como en toda
regla general, hay excepciones, y que bueno, ojalá las excepciones positivas,
buenas, fueran mayoría, pero en el caso que nos ocupa, no es así, Donald Trump
no iba a lanzar esas agresiones verbales, si no hubiera analizado detenidamente
el actuar de nuestros conciudadanos, para nadie es un secreto, que los llamados
braceros, son la gente menos preparada cultural, intelectual y socialmente,
asimismo, sabemos de gente que cometió un delito (desde embarazar a una mujer,
hasta robo, asalto u homicidio) que salió huyendo para allá, y es falso que
allá, ya no lo sigan haciendo, claro que lo hacen con más cuidado y quizás con
menor periodicidad, pero lo hacen. De ahí que muchos cambien de lugar de
residencia constantemente, pero a sus familiares y amigos les dicen que es por
mejores salarios. Surgen nuevas familias, porque estando allá conocen a otra
mujer u hombre y se van a vivir juntos, olvidándose de la esposa, esposo e
hijos que dejaron en nuestro país. Gastan más de lo que ahorran o envían a su
familia, se emborrachan, etc.
Pero eso
no es privativo de los mexicanos, lo mismo sucede con los inmigrantes que
llegan a nuestro país, la mayoría se instala en poblaciones y ciudades
pequeñas, en colonias populares, pero digamos que son lo peor de sus
respectivos países, y eso lo podemos constatar con cualquier extranjero
conocido, claro que hay excepciones, pero muchos no son lo esperado. Aunque si
son europeos, asiáticos o de Oceanía, son muy diferentes a nosotros, pero por
algo están aquí.
Mención
aparte merecen las mujeres, tanto las mexicanas que migran a los Estados
Unidos, terminan trabajando en bares y cantinas para paisanos, muchas veces en
las ciudades fronterizas, por no poder cruzar o esperando la oportunidad para
hacerlo y las extranjeras que entran a nuestro país, por su físico y belleza
extraordinaria, terminan en los antros finos, casas de masajes, como edecanes,
escort, bailando y fichando en los table dance y, finalmente de actrices en las
telenovelas mexicanas.
Con estos
y tantos ejemplos en contra, es ignorancia, necesidad de un empleo o estupidez,
atacar a alguien que defiende a su país (necesidad, sobretodo de los lectores
de noticias, comentaristas que aparecen en la televisión, se escuchan en la
radio o escriben en los periódicos que un día sí y al otro también están
hablando necedades de Donald Trump). Dicen los clásicos: es mejor parecer
idiota quedándote callado que hablar y confirmarlo.
Asimismo,
por su mayor capacidad económica, llegan a querer manipular a los mexicanos,
instalando templos cristianos y la ignorancia y necesidad de pertenencia, de
ser escuchados, hacen el resto, convirtiéndose en un jugoso negocio.
Los
mejores, instalan empresas que son garantía de triunfo económico, porque tienen
una mejor visión que los nacionales. Si se analiza lo que hace unas semanas,
unos inadaptados proponían: dejar de comprar en empresas extranjeras, hago esta
pregunta ¿Qué nos queda?, poco, muy poco, solo pan (Bimbo) y cerveza (Grupo
Modelo), lo demás, prácticamente es foráneo. Y lo contraproducente, cuántos
empleos generan para los mexicanos.
En fin,
así gira el mundo, entre migrantes e inmigrantes, entre buenos y malos, entre
preparados y no preparados, entre positivos y negativos, entre perfectos e
imperfectos. No te dejes llevar por las ideas de otros, analiza primero si vale
la pena externar tu opinión o simplemente quedarte callado.
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