LOS ELEGIDOS EN LA ARENA POLITICA.
Este
año, es electoral, a nivel nacional se elegirán a los 500 diputados federales,
integrantes de la LXIII legislatura del Congreso de la Unión, periodo
2015-2018, de estos, un 60% por la vía uninominal o de mayoría, es decir,
mediante elección directa y el restante 40% por la vía de representación
proporcional o plurinominal, esto es, son los que están más cerca de la cúpula
partidista y llegan por el denominado dedazo, que nunca ha dejado de tener
vigencia, por el contrario, día a día se fortalece más.
Asimismo,
en 17 estados del país, habrá elecciones locales, esto es, en 9 de ellos, se
elegirá gobernador, diputados locales y ayuntamientos, en 7, sólo diputados
locales y/o presidencias municipales y en el Distrito Federal, habrá votaciones
para las 16 delegaciones y la Asamblea Legislativa (son denominados así, porque
aún no es reconocido como un Estado de la Federación, pero realmente hacen la
función de alcaldes y diputados locales como los de las 31 Entidades federativas)
Todos,
absolutamente todos, en más de alguna ocasión, nos hemos hecho la misma
pregunta, respecto a algunas autoridades de cualquiera de los niveles de
gobierno mexicano: federal, estatal o municipal, ¿Cómo eligen los partidos
políticos en México, a sus candidatos?
Y
la verdad, es que si no nos interesa más allá de una simple duda ese tema, lo
olvidamos y no vamos más allá, buscando una posible conexión entre los
diferentes actores políticos nacionales.
Sin
embargo, a los pocos que, por curiosidad, por bagaje cultural, por interés
ideológico o por necesidad, nos llega a interesar descubrir porqué determinado
individuo o grupo, logra determinada posición política, en un alto porcentaje,
llegamos al fondo de la realidad.
Es
cierto, amable lector, en cualquier nivel de gobierno, sabemos, vemos,
conocemos, o escuchamos de cada integrante de los órganos de gobierno, sea
ejecutivo, legislativo o judicial, que no saben ni conocen nada del área,
cargo, puesto o comisión que desempeñan y con altos salarios y demás
prerrogativas, a costa del erario público y su función se ve envuelta en
situaciones negativas y pocas, muy pocas positivas.
No
intento exhibir a nadie, muchos conocemos a los gobernantes actuales, a los
pasados y a los que pretenden serlo este 7 de junio que serán las votaciones,
simplemente te muestro parte del análisis que durante algún tiempo he observado
en los distintos candidatos, suspirantes y aspirantes a algún puesto de
elección popular o para incrustarse en la administración pública, con un buen
nivel de mando y decisión.
Existe
el dicho, en cualquier área o dependencia de gobierno de que todos los que
laboran ahí (o sería mejor decir, cobran) son licenciados, ingenieros y
señoritas, claro que lo dicen de manera sarcástica, pero muchas veces el
sarcasmo encierra una gran verdad. Porque, te pregunto, ¿alguna vez te ha
atendido un servidor público que no se atribuya una profesión?, quizás sí, pero
son escasos los honestos que se muestran a los demás como lo que son, la
mayoría intenta aparentar lo que no es y además se inventan grados académicos
que desconocen. ¿Recuerdas a Fausto Alzati, secretario de Educación Pública
nombrado por Ernesto Zedillo Ponce de León? Renunció a los pocos días por
atribuirse blasones académicos que no demostró. Ese caso, fue muy sonado por el
nivel de dependencia que ocupó, sobretodo porque es la encargada de velar por
la educación de los mexicanos, además de que fue exhibido por quien a la postre
fue beneficiado con su caída, pero cuantos funcionarios de nivel inferior,
jamás son denunciados por usurpación de profesión, muchos. Y nosotros los
ciudadanos, con un poco de análisis y astucia podemos reconocer a esos
ignorantes que están ocupando una función pública (ejecutiva, legislativa o
judicial) por alguno de estos factores:
1.- El principal, por ser familiares,
entiéndase en cualquiera de sus clases, consanguínea, afinidad y adopción, aquí
los hay astutos que disimulan el nepotismo, con su homónimo de municipio,
estado o dependencia, intercambian familiares, y la mayoría que demuestran un
alto grado de imbecilidad y los incluyen en la nómina propia, sintiéndose
intocables.
2.- El amiguismo, aquí influyen tres clases: el
cerebro, el bueno para el trabajo y que siempre está abajo; el de las juergas,
el que invita a los posicionados a fiestas, borracheras, antros, tugurios a
cambio de favores y el de los conectes, el que conoce a los servidores clave,
los que mueven los hilos en un municipio, un estado o en el país. Y cualquiera
de estos ocupa puestos importantes, de los que solo el primer grupo realmente
sabe, conoce, trabaja y normalmente, ocupan los niveles más bajos, normalmente
por periodos cortos, porque los de arriba temen verse superados, pero los
mantienen porque y mientras los necesitan.
3.- El compadrazgo, aquí pertenecen esos
individuos que buscan esta relación con los políticos, porque saben que alguna
vez serán beneficiados, con alguna prebenda política sin tener la capacidad,
probidad y experiencia, pero tienen a su compadre para que los mueva a donde
vaya, al fin de cuentas son iguales de ignorantes, incapaces e incompetentes.
4.- El sexo, para muchos es un tabú y tratan de
ocultar que ocupan alguna posición, cargo o comisión política mediante las
relaciones sexuales, pero es una práctica frecuente y tan real, aunque la
intenten equiparar al acoso, pero solo cuando se quiere perjudicar a algún
adversario político, ahí, hacen uso de los avances tecnológicos y surgen los
audios o videos, donde los medios informativos afines, se prestan para darles
publicidad. El sexo no es privativo de hombres o mujeres, sino que incluye a
ambos, porque existen heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales y
sobretodo, muchos, pero muchos hombres y mujeres ambiciosos, dispuestos a
alcanzar cualquier cosa, aún a costa de sacrificar su dignidad humana, toman el
camino aparentemente, más fácil, en lugar de prepararse física, mental,
intelectual y moralmente, con el firme propósito e interés de ingresar a un mundo donde abundan los
vicios y sobretodo, los excesos que tarde o temprano les cobrará la factura. No
hay peor error que dejar la felicidad personal en manos de algo que denigra al
ser humano.
Así
que estimado amigo, no te dejes impresionar con o por ningún candidato o
servidor público, porque, salvo honrosas excepciones, la inmensa mayoría llegó
a ese lugar, por alguno de estos caminos y sinceramente, eso no resulta digno
de andar presumiendo y mucho menos los autoriza para tratar con prepotencia a
los demás ciudadanos que somos los verdaderos patrones de esa llamada clase
política, que en realidad, por sus actos, actividades y sobretodo,
consecuencias, no merecen ser admirados, mucho menos idolatrados, porque bajo
ninguna circunstancia son superiores a nosotros. Están ahí por su ignorancia,
su incapacidad y sobre todo por su forma camaleónica de alabar, aplaudir y
siempre darle la razón al que los mantiene ganando sueldos inmerecidos, y en
algún momento sirven para cargar con las culpas de sus jefes, pero muy pocas
veces por eficientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario