LOS SERES HUMANOS Y LAS RELIGIONES.
Hoy hablaré de un tema
que no es nada fácil, por la ignorancia, por fanatismo o por interés, además,
por respeto a las personas que estimo y que creen en alguna religión, secta o
asociación religiosa. Sin embargo no puedo caer en la omisión de compartir lo
que sé y que he analizado día a día, en estos años recientes. Depende de
ustedes amables lectores, aceptar mi análisis. Me baso en lo que veo, en lo que
creo y en lo que leo. En lo particular conozco “líderes religiosos”, que no
confían en el Dios que suponen adoran, no son personas que den buenos ejemplos
y sus acciones y actitudes dan mucho que decir. Solo que sus seguidores se
ciegan a ver la realidad.
Las religiones y sus
sectas en general, fueron creadas con el objetivo de ayudar a las personas a
seguir buenos caminos. Los iniciadores de éstas creyeron, y estaban en lo
cierto, que con la enseñanza de buenas doctrinas, tendrían como resultado una
sociedad armónica y en paz. De pronto algunos de los seguidores empezaron a
infundir temor y a catalogar el error humano como “pecado”, motivo por el cual
se puede condenar o en pocas palabras inculcar el temor a Dios.
Todos los seres humanos
podemos sentir miedo o amor, pero no los dos a la vez porque esto genera confusión
y angustia. Entonces ¿Cómo pueden hablar de un Dios lleno de amor y bondad, al
cual debes temer? Es ilógico y crea un desequilibrio mental, sobre todo a
quienes tienen en su conciencia acciones que les pesan por no ser correctas. Es
aquí, donde los “jerarcas religiosos” se aprovechan, usando los sentimientos de
culpa y temor, para infundir aún más temor y pedirte que asistas con ellos para
salvar tu alma, que ayudes, que cooperen (sobretodo) y un sinfín de excusas
para usarte. De esto resulta tu autoengaño, porque crees que al asistir y
ayudar te estás salvando de la justicia divina. Todo es una manipulación
sicológica y de pronto te conviertes en creyente y a la vez te sientes
asfixiado por la necesidad del perdón y la paz que te dicen, ellos y su Dios mal
ideado te dará.
Mientras, ellos te
atrapan con sus falsas ideas y falsos testimonios. Ellos en realidad son los
falsos profetas de los que hablaba Jesús. Los líderes religiosos o falsos
profetas si los observas son bastante miedosos, llenos de culpas e
intranquilos. Tienen un interior sucio porque aunque no lo asimilan, sienten
que al estar manipulando a las personas están “pecando”, pero es lo que saben
hacer porque es parte de su trabajo, de ahí subsisten y hasta se dan lujos,
algo que no molesta, al contrario, que bueno que logran su objetivo personal.
Lo malo es que se forma un círculo vicioso entre líderes y creyentes. Los
líderes necesitan a la gente para seguir adelante y obtener ingresos por eso
crean templos y más templos, pelean y compiten, utilizando y diciendo que lo
hacen en el nombre de Dios, en ocasiones se alejan de sus verdaderos amigos y
todo porque las sectas y religiones tienen diferencias.
Sí debemos leer la
Biblia, así como también otros libros que nos enseñen e ilustren para superarnos
y no cometer tantos errores que lastimen nuestras emociones y sentimientos.
Para saber tratar al prójimo debemos educarnos, comprender y ayudar cuando esté
a nuestro alcance y sea necesario, no estar esclavizado a dar una cuota
obligatoria cada determinado tiempo, porque esa sirve únicamente para
satisfacer las necesidades personales de tu pastor, presbítero, sacerdote,
hermano, gurú, cura, padre o la denominación que le quieras poner. Dios no
necesita dinero ni bienes materiales, muebles o inmuebles. Debemos respetar la
vida de los demás y la nuestra. Los pecados son los errores que cometemos
cuando no nos detenemos a pensar en las consecuencias de nuestras acciones, y
debes saber que ni te vas al cielo o al infierno, porque Dios es solo una
energía que nos da la vida y no condena ni premia. Dios te da inteligencia para
que te guíes y no te falte nada. El es una energía positiva y negativa a la
vez, como si fuera una pila que está en nuestro interior para darnos vida y
conectarnos con todo el universo. Los nahuas lo llaman Ometéotl y significa la
dualidad en todos los sentidos. Dios está en todas partes, no es un señor, ni
un viejo porque en él no existe el tiempo ni la distancia, es omnipotente. A
Dios se le conoce también como Jehová, Yahvé, padre eterno, creador, universo,
Ometéotl, Alá, etcétera. Y en todas las descripciones se coincide en que nos da
la vida, por lo tanto es una energía. Esta energía se debe mantener sana y
equilibrada para estar siempre en paz. Tu forma de actuar, debe ser siempre
correcta y si cometes errores enmiéndalos.
Es tan fácil sentir a
Dios en nuestro ser. Con todo esto no te digo que debes quedar bien con todos y
dejar que te humillen. Debes estar consciente de que eres valioso y tu cuerpo y
tu mente son tu responsabilidad. Cuando eres agradecido, te amas y te cuidas,
logras aumentar tu energía (Dios) empiezas a sentir más amor por todo y por
todos llenándote de paz, bendiciones, bienestar, felicidad y abundancia. Te
vuelves seguro y confías en el ciegamente. Tu espíritu se libera logrando que
se cumplan las enseñanzas de Jesús. El primer mandamiento en la Biblia es
“amarás a Dios sobre todas las cosas” y equivale a decir “te amarás a ti mismo
sobre todas las cosas”, porque cuando te amas, eres capaz de dar amor, ayudar a
los demás, brindar sonrisas, amistad sincera, palabras de consuelo, comprensión
y muchas cosas buenas. Te vuelves generoso al dar (no te confundas, ni te dejes
confundir con lo económico). Respetas y te respetan. Esto es la verdadera
felicidad.
Conocer esto a muchos
les agradará y les liberará; otros por decisión propia se quedarán en
tinieblas. Analiza, abre los ojos, escucha a tu corazón y a tu voz interior
(Dios). Amate y valórate. Confía en Dios eterno, que te da la vida, que es tu
energía y es amor. Tenemos libre albedrío, que es la libertad de creer y
actuar. Y sobre todo, nunca, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia
tendrás miedo, porque la libertad interior, la libertad personal y creer en ti,
es tu verdadera religión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario