El talento artístico mexicano.
Vivimos
en un mundo de las formas, un mundo donde todos usamos diferentes máscaras
sociales, dependiendo del lugar donde nos encontremos y con quien nos
encontremos, nuestra realidad es una falacia, una burda mentira, pertenecemos a
la época de mentir los unos a los otros y viceversa. Aunque eso siempre ha
sucedido, la diferencia es que es el tiempo que nos toca vivir, ahora con las
nuevas tecnologías es más fácil darse cuenta cuando mentimos y nos mienten,
aunque hay mucha gente que vive en la ilusión como el marido ofendido y tarda
tiempo en darse cuenta o de plano jamás lo hace.
Después
de este preámbulo general, quiero dedicar este espacio al sueño de tantos: la
farándula, que incluye cantantes, grupos, músicos, actores, conductores,
periodistas, reporteros, en fin, todos los que aparecen en la televisión y se
escuchan en la radio.
Te
has fijado, amable lector que ¿en las telenovelas (por lo menos TV Azteca, ha
dejado de producirlas), los actores participantes, mayoritariamente, son de
piel blanca, ojos de color, bien parecidos, esculturales (naturales y
operados)? Desde ahí empieza la farsa de ese medio artístico. Claro que hay
morenos, e incluso uno que otro negro, pero son casos contados.
Pues
bien, te habrás preguntado más de alguna ocasión ¿Cuál es su talento? En este
espacio trataré de dar respuesta a tu interrogante.
La
televisión y demás medios que se dedican a la difusión de noticias de este
ambiente, siempre nos han mentido, se mueven hacia lo que les da ganancias,
recordemos que tanto la televisión, la radio y demás medios informativos
(diarios, revistas) son un jugoso y gran negocio, por los patrocinadores
(productos que aparecen en los comerciales) que forman parte principal, porque
son los que aportan el dinero anunciándose, y es que dependiendo del día y la
hora, varían los precios por anuncio.
Pues
bien, esa mentira consiste en el resultado de que todos los faranduleros que
superan actualmente la tercera edad, llegaron a alcanzar ese lugar privilegiado
que ostentan, con muchos sacrificios, pobreza y sufrimiento, sin que nadie les
quisiera brindar la oportunidad que esperaban. Por no ser de mi tiempo, les
concedo el beneficio de la duda.
Sin
embargo, los que actualmente ocupan un lugar en la farándula (aunque nos los
quieran vender como estrellas y lo que es peor, como artistas. Un artista es
aquel que domina su arte: Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Diego Rivera, etc.,
estos con trabajos cantan, actúan o conducen), están ahí: por su fachada
física, por ser hijos o familiares cercanos de un ejecutivo o farandulero del
pasado: Silvia Pinal, Vicente Fernández, Norma Herrera, Angélica María, etc.,
de un empresario poderoso (como el caso de Jaime Camil, que su papá compra los
protagónicos en los que ha participado), pero principalmente, por su
desfachatada y desinhibida sexualidad.
¿Lo
dudas? En ese medio, abundan los vicios (alcohol, drogas de todo tipo),
promiscuidad sexual, prostitución, lesbianismo, homosexualidad y bisexualidad, es un Sodoma y Gomorra, donde
bajo los efectos de alguna sustancia, por gusto y/o necesidad de seguir
figurando en el medio, se dan todos contra todos, esa es la principal razón de
porque hay tantos matrimonios y divorcios de poco tiempo, tanta infidelidad
pública, embarazos en los que no figura el padre (por ser empresario,
ejecutivo, productor, pero sobretodo, casado), maduros (de ambos sexos)
solteros (Fernando Colunga, Montserrat Oliver, Daniela Romo, Ana Martin, etc.).
Hasta
el deporte entra en este juego, sabemos que Televisa actualmente solo es dueño
del Club América, pero antes lo fue del Necaxa y San Luis; TV Azteca es dueño
de Monarcas Morelia y Atlas, antes lo fue de Veracruz, Jaguares. Pues bien,
obligan a las actrices de su cuadro artístico a meterse con aquellos jugadores
que así lo desean (¿recuerdas a Cuauhtémoc Blanco y Galilea Montejo?), ahora el
chisme actual es de Karla Pineda una actriz de cuarta con el colombiano
Aquivaldo Mosquera, que resultó embarazada (cuando jugó en el América), pero
antes de nacer el producto, acusaba a Miguel Layún (ex jugador del América, hoy
jugador del Porto en Portugal), pero como uno es negro y el otro blanco, al
nacer el niño, cambió de paternidad, porque es de color, la sangre negra es
fuerte y pocas veces la supera otra tesitura humana. Ahora este jugador regresó
a su país, porque es casado y la ex de Adrián Uribe (con quien tiene un hijo),
le demandó el reconocimiento de la paternidad, la cual sigue sin resolverse.
Así
es el mundo del glamour, de los presuntuosos, de los que se sienten talentosos,
pero en realidad son analfabetos porque muchos de ellos no tienen ni la
primaria terminada; cuyo verdadero talento consiste es tener relaciones
sexuales con los ejecutivos y empresarios de las televisoras, disqueras y quien
represente un espaldarazo hacia la fama momentánea, porque la falta de
argumentos sólidos (como en cualquier área), da como resultado que en poco
tiempo pasan al baúl de los olvidados que solo mantienen un empleo, pero no más
de manera protagónica, aunque sigan viviendo de sus glorias pasadas y en la
intimidad, sufran por todo lo que tuvieron que dar y hacer para poder figurar
en un ambiente que tiene de todo, menos gente talentosa (salvo muy honrosas
excepciones).
He
escuchado a gente de ese medio decirles a otros, que cuando vayan a un casting
(es donde se selecciona a los integrantes de algún proyecto farandulero) lleven
sus rodilleras. Parece broma, pero no lo es, es la manera en que se consiguen
los protagónicos y oportunidades para aparecer en los medios electrónicos,
principalmente los extranjeros, porque están más dispuestos a todo, con el fin
de dejar la situación tan precaria que viven en su país de origen y ante la
ausencia de capacidad para ganarse un lugar de otra manera, permiten lo que
sea, aún a costa de su propia dignidad como seres humanos.
Así que amable lector, no desees o envidies algo que dista mucho de ser bueno, al contrario, alégrate por ser y hacer lo que eres, porque lo haces con orgullo y mantienes la frente en alto, aunque tu economía sea menor que esos faranduleros.
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