Errores y defectos mexicanos.
Nos
han enseñado desde niños, grandes mentiras de nuestro origen, de nuestro pasado
y conforme avanza el tiempo, si no tienes la capacidad mínima de investigar,
analizar o simplemente reflexionar en lo que has vivido, visto, leído o
escuchado, así terminarás el resto de tu existencia. Creyendo en glorias
pasadas, que no hay seguridad de que realmente, lo hayan sido.
El
mundo es un constante ir y venir de todo, y la vida por consiguiente; solo los
mexicanos parecen no entender que se deben preparar día con día, leer,
estudiar, capacitarse, obligar a la mente a estar siempre alerta, porque eso
contribuye a tener una mejor calidad de vida y sobre todo, a vivir más.
El
mexicano mayoritariamente, está estancado, los avances tecnológicos en lugar de
servir, les han afectado, incluso en algunos casos, hasta los han hecho
retroceder.
El
internet y las redes sociales, han influido en gran medida, de forma negativa
en la vida personal, escolar y laboral de los individuos, ahora resulta que
muchos no pueden vivir sin estar pegados al teléfono celular (mayoría),
tabletas y computadoras personales o de escritorio (otros). Pocas escuelas,
tienen la férrea voluntad de prohibir que los alumnos ingresen dichos aparatos
en horario de clases, lo mismo sucede en los empleos, tanto públicos como
privados; asimismo, aunque ya pasó la euforia de algunos años atrás, aún es
común encontrar en la calle caminando o detenidos sosteniendo las paredes, en
medios de transporte y lo que es peor, conduciendo automóviles, con el teléfono
celular en la mano, hablando o texteando. En las instituciones educativas y
áreas laborales, el espectáculo es peor. Esto contribuye a una debacle de la
economía, porque los estudiantes no aprenden, no estudian, por estar pegados a
su móvil y los empresarios pierden ventas, porque los empleados, con tal de no
ser molestados, niegan las cosas, además de que en su horario laboral, solo
rinden un pequeño porcentaje, si no tienen una debida supervisión y no se trata
de eso.
Los
libros de superación personal, relaciones humanas, liderazgo, riqueza y otros
temas relacionados, son escritos por extranjeros, pero sus presuntas reglas
mágicas para cambiar, no se pueden aplicar en nuestro país, porque el mexicano
está acostumbrado a hacer (o debería decir, medio hacer), lo que le dicen que
haga, y para eso debe tener vigilancia, porque en caso contrario, no lo hace o
lo hace peor que con estricta supervisión. La mayoría carece de iniciativa
propia, ya no digamos de la debida preparación, se sienten competentes en
cualquier área, pero solo de boca, porque cuando se les brinda la oportunidad,
no saben hacer nada. En una jerarquía,
todos los empleados tienden a ascender hasta el nivel de su incompetencia.
El
mexicano no sabe trabajar en equipo, y esta es una cualidad que toda empresa,
negocio o familia de éxito, debe privilegiar. Con gran esfuerzo, dicen que
trabajan para vivir.
El
mexicano, siempre tiene excusas, problemas y pretextos a su paso. Es cobarde,
pocos, tienen el valor necesario para aceptar y reconocer que son humanos y se
equivocan. La mayoría carece de él.
Esto
tiene que ver con la crianza familiar, porque desde niños, se enseñan las cosas
mal, porque nuestros ascendientes, así las entendieron y no tuvieron la mínima
intención de detenerse a analizar si lo que aprendieron de sus padres fue
correcto o no.
Al
mexicano, no se le enseña a tener valor, al contrario, se le enseña a tener
miedo, aprende a siempre echar la culpa a otros de sus fallas, si reprueban en
cualquier grado escolar, el culpable es el profesor; si los despiden de un
empleo, los corren injustamente; el famoso no era penal del mundial de Brasil
2014; cuando cometen cualquier conducta ilícita y son detenidos, se dicen
inocentes y así infinidad de excusas y pretextos. Son agresivos, pero no es lo
mismo.
El
mexicano, no está acostumbrado a seguir reglas, que dan como resultado una
mejor y sana convivencia social, al contrario, le gusta hacer las cosas mal, lo
que contribuye a entorpecer cualquier acción, retardar tiempos, afectar a los
demás, no cuidan la naturaleza ni el medio ambiente, como te has dado cuenta
amable lector, el respeto, la tolerancia y el agradecimiento, no son su fuerte.
En
México, se vive por imitación, por modas pasajeras, por momentos, se tiene
memoria débil. Si surge una noticia, buena o mala, aparecen los defensores y
detractores y al poco tiempo, ya no se acuerdan de ello, si alguien hace algo
distinto, como los llamados retos que se publican en las redes sociales, en
poco tiempo, ya muchos los están haciendo, como dije antes, no hay iniciativa
propia, viven de repetir lo que alguien, extranjero principalmente, creó, ideó
o inventó; también se critica cualquier cosa, diciendo que es tan simple, pero
no tuvieron la capacidad para hacerlo.
En
México se enseñan los resultados, pero jamás el proceso que llevó a ese
resultado, lo que ha propiciado que cualquiera sin presente brillante, sueñe
con ganar la lotería, ganarse los pronósticos, que algún pariente millonario
(que no tienen) los denomine herederos de su fortuna; en el caso de las mujeres,
buscan un prospecto rico que las saque de su pobreza, mental y económica,
etcétera.
Esto
y más, es la idiosincrasia mexicana, es lo que se trae en la sangre, aunque,
por su escasa materia gris, los medios de comunicación, principalmente
electrónicos, señalan cualidades que no se tienen, en lugar de hacer eso, se
debería implementar una campaña agresiva de señalamiento de todo lo que se hace
mal, pero como digo, fuerte, porque así como lo intentó hacer televisa hace
unos años, sobre los valores (tienes el valor o te vale), no funcionó, aunado a
las mentiras de grandeza, bondad, etc., además de tanto organismo defensor de
lo ilegal, provocaron lo que estamos viviendo actualmente, una total y completa
descomposición de la sociedad, en general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario