Esperanzados sin esperanza.
México,
está viviendo una descomposición social muy importante en la actualidad, esto
tiene que ver con el uso exagerado, inmaduro y sin el debido conocimiento y
supervisión de las redes sociales. Además, propiciado por las ideas poco
claras, poco reales e incendiarias de uno de los suspirantes a ocupar la
primera magistratura de la Nación.
De
por sí, dicen los antiguos, el horno no está para bollos, por la situación
económica que vivimos como país, el aumento alarmante de la inseguridad, el
incremento de jóvenes que no tienen idea del rumbo que en el futuro tomará su
vida, que sin duda afectará al país y lo que quieras agregar amable lector. Sin
embargo, lo peor, son las piedras lanzadas, escondiendo la mano el autor,
porque está provocando una crispación de la sociedad en contra del gobierno
federal (principalmente). Ahora resulta que todo lo malo, el destino mal habido
que cada uno se ha labrado, es culpa del gobierno federal.
El
mexicano, es de corta memoria, pero sobretodo de mecha corta, hacen sus héroes
a los que sufren, a los que se esfuerzan, a los pobres, esa es su debilidad
principal.
Hacen
suya cualquier causa perdida, aunque no tengan el mínimo conocimiento de ella,
si en verdad es como ellos la ven, no se detienen a mirar los pros y contras de
X o Y acción u omisión.
No
es discriminación, pero los seguidores de este personaje, carismático sin duda,
engañador de incautos, parece que están cortados con la misma tijera. Son
intolerantes, agresivos, atacan a la menor provocación, para ellos todo lo que
existe es malo, todos los servidores públicos, políticos de hoy y anteriores,
son mediocres, corruptos, excepto los que están en el mismo partido del gran
Tlatoani. Tal pareciera que al traspasar el umbral de ese Instituto se
purificaran y todos sus males, defectos y acciones negativas, desaparecieran
mediante algún artilugio.
Estos
necesariamente, no son pobres y/o ignorantes, los hay de distintos estratos
sociales, culturales, económicos, ya que como he señalado en otras ocasiones,
el nivel educativo, no tiene nada que ver con la inteligencia. Con ésta se nace
y no se aprende en ninguna universidad, aunque te denominen intelectual,
catedrático o investigador.
Estos
individuos de cerrada mentalidad, no se prestan al diálogo amigable, pues
carecen de argumentos válidos y comienzan a levantar la voz, quieren imponer a
como dé lugar sus ideas descabelladas y poco viables a la realidad de nuestro
país. Viven en el pasado que desconocen, admiran a los ex y gobernantes
extranjeros que son repudiados por su propia gente y por la mayoría de países
de esa zona o continente.
Desconocen
cómo funciona la economía mundial, la globalización, la actualidad, creen que
todo lo que su dirigente menciona, es posible, no tienen la mínima idea de que
México como los demás países llamados de economía emergente, tienen que seguir
la línea que los bancos mundiales y los verdaderos dueños del dinero, trazan,
ningún país es completamente libre, todos tienen algún tipo de dependencia hacia
las llamadas potencias, siendo la económica la principal.
Los
cambios estructurales realizados a través de las reformas legislativas que
tanto han sido atacadas este sexenio, ya fueron realizados en muchos países y
no hubo mayor problema, precisamente por la capacidad de raciocinio que poseen
sus habitantes. Porque redundan en beneficio para todos. Pero estos individuos
sólo buscan dinero en su bolsillo, sin el menor esfuerzo, y eso, en ningún
país, es posible.
En
México tenemos todo, solo hay que tener idea de lo que cada uno desea, no se
puede buscar un mejor nivel educativo, si no se tienen las bases necesarias; no
se puede pretender un trabajo bien remunerado, sin la preparación laboral y
técnica adecuada, es muy común oír en las entrevistas de trabajo, la respuesta
a: …”conoces X puesto”…, no, pero yo aprendo, lo que es una mentira que
encierra corrupción y una completa falta de honestidad del buscador del empleo.
Sin embargo, ante la falta de mano de obra calificada, las empresas, tanto
públicas como privadas eligen al solicitante menos peor, cuando lo correcto es
siempre contratar al mejor.
Nuestras
universidades públicas son importantes y gratuitas, todas tienen programas de
becas al extranjero, pero se necesita un buen promedio escolar, además de
comprobar saber un idioma para hacerse ganador de una de ellas (lo que con un
poco de esfuerzo, estudio y dedicación, muchos alcanzan). Sin embargo, el
mexicano promedio (que son la mayoría) está acostumbrado a que todo le
solucionen, si piden informes no llevan papel y lápiz, si buscan empleo no
llevan la solicitud, si quieren estudiar no reúnen algún requisito, están
acostumbrados a que con dinero, fingiendo amabilidad, inventando pretextos, les
pasan sus errores y fallas, lo que en lugar de beneficiarlos, les fomenta la
flojera, atrofiándoles aún más el cerebro.
En
fin, estamos en un periodo de simulado silencio de los candidatos, el 30 de
marzo comienza la verdadera campaña, a partir de ahí nos van a saturar la
vista, el oído, el cerebro con propuestas (promesas) que ninguno va a cumplir,
pero los que están esperanzados se quedarán sin esperanza, porque su llamado
mesías tropical, aparte de jugar al contreras, es parte importante de lo que él
llama la mafia del poder, el no pierde, siempre gana, pero no necesariamente el
poder. Y el primero de julio sus seguidores lo comprobarán. Pero ¿tendrán la
madurez de reconocerlo?
El
sabio (inteligente) investiga, escucha y decide bien, el mediocre simplemente
se cierra y es difícil, casi imposible hacerles ver la verdad, porque además
son muy necios.
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