Ley Nº 17- Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo
impredecible.
El ser humano es hijo del hábito y tiene una necesidad
insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo rodean. Si
usted se muestra predecible, confiere a los demás la sensación de tener cierto
control sobre usted. Invierta los papeles: muéstrese deliberadamente
impredecible. Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito
desconcertarán a los demás, que se agotarán tratando de explicarse sus
movimientos y acciones. Llevada a un extremo, esta estrategia puede intimidar y
aterrorizar.
LEY No. 17
MANEJE EL ARTE DE LO IMPREDECIBLE.
El ser humano es hijo del hábito y tiene una necesidad
insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo rodean. Si
usted se muestra predecible, confiere a los demás la sensación de tener cierto
control sobre usted. Invierta los papeles: muéstrese deliberadamente
impredecible. Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito
desconcertarán a los demás, que se agotarán tratando de explicarse sus
movimientos y acciones.
Una advertencia: A veces la
impredecibilidad puede volverse contra usted, sobre todo si se encuentra en una
posición de subordinado. En ciertas ocasiones es mejor dejar que la gente que
lo rodea se sienta cómoda y segura, antes que movilizarla y desconcertarla.
Demasiada impredecibilidad puede considerarse una señal de indecisión o –algo
mucho más grave- un problema psíquico. Los esquemas son un arma poderosa y
pueden aterrar a la gente si se los rompe. Ese tipo de poder deberá utilizarse
con mucha prudencia.
Ley Nº 18- No construya fortalezas para protegerse: el
aislamiento es peligroso.
El mundo es un sitio peligroso y los enemigos acechan por
doquier; todos necesitan protegerse. Una fortaleza se presenta como la
alternativa más segura. Pero el aislamiento lo expone más de la que la protege
de los peligros que la rodean, ya que la aísla de información valiosa y la
destaca como un blanco difícil para los demás. Es mucho más seguro circular,
mezclarse entre la gente y buscar aliados. La multitud lo protege de sus
enemigos.
LEY No. 18
NO SE AÍSLE.
El mundo es un sitio peligroso y los enemigos acechan por
doquier; todos necesitan protegerse. Una fortaleza se presenta como la
alternativa más segura. Pero el aislamiento lo expone más de lo que lo protege
de los peligros que lo rodean, ya que lo aísla de información valiosa y lo destaca
como un blanco fácil para los demás. Es mucho más seguro circular, mezclarse
entre la gente y buscar aliados. La multitud lo protege de sus enemigos.
Retírese a su fortaleza y perderá el
contacto con las fuentes de su poder. Ya no se enterará de lo que sucede a su
alrededor y perderá el sentido de toda proporción. En lugar de estar más
seguro, se apartará del conocimiento del cual depende su propia vida. Nunca se
aleje tanto de las calles como para no escuchar lo que sucede a su alrededor o
advertir las conspiraciones en su contra.
Esta ley se aplica a quienes se mueven en
los más altos niveles del poder: en el momento en que pierda contacto con su
gente y busque la seguridad en el aislamiento, se gestará rebelión. Nunca se
crea tan elevado como para poder darse el lujo de aislarse, ni siquiera de los
niveles más bajos. Al retirarse a una fortaleza, se convierte en blanco fácil
para sus súbditos conspiradores, que ven su aislamiento como un insulto y un
motivo de rebelión.
Un príncipe bueno y sabio, deseoso de
conservar ese carácter y ansioso por evitar dar a sus hijos la oportunidad de
convertirse en opresores, nunca habrá de construir una fortaleza. Así sus hijos
depositarán su confianza en la buena voluntad de los súbditos, y no en la
fortaleza de una ciudadela. (Nicolás Maquiavelo, 1469-1527)
Como recurso temporal, el aislamiento pude
ayudar a obtener cierta perspectiva. Muchos pensadores serios han comenzado su
obra en prisión, donde no hay nada que hacer, salvo pensar.
Ley Nº 19- Sepa con quién está tratando: no ofenda a la persona
equivocada.
En el mundo hay muchas clases de personas diferentes, y usted no
puede suponer que todos reaccionarán de la misma manera frente a sus
estrategias. Hay ciertas personas que, si usted las manipula o engaña, pasarán
el resto de su vida procurando vengarse. Serán, desde el momento de la ofensa,
lobos con piel de oveja. Elija con cuidado a sus víctimas y a sus
contrincantes, y nunca ofenda o engañe a la persona equivocada.
LEY No. 19
ELIJA A SUS ENEMIGOS.
En el mundo hay muchas clases de personas diferentes, y usted no
puede suponer que todos reaccionarán de la misma manera frente a su conducta.
Hay ciertas personas que, si se sienten manipuladas o engañadas por usted,
pasarán el resto de su vida procurando vengarse. Serán, desde el momento de la
ofensa, lobos con piel de cordero. Elija con cuidado a sus contrincantes y
nunca convierta en enemigo a la persona equivocada.
La habilidad de evaluar a la gente y saber
con quién se está tratando es una de las artes más importantes en el proceso de
alcanzar y conservar el poder. Nunca suponga que la persona con la que está
tratando es más débil o menos importante que usted. Nunca confíe en las
apariencias. Alguien que hoy parece una persona carente de importancia y medios
mañana puede llegar a poseer gran poder e influencia.
Un insulto es algo muy difícil de olvidar.
No se gana nada con insultar a alguien sin necesidad. Tráguese su impulso de
ofender, aunque la otra persona parezca débil e inofensiva. La satisfacción que
la ofensa le dará es muy poca comparada con el riesgo de que algún día el otro
se halle en una posición desde la cual podría hacerle mucho daño.
Convénzase de que no hay persona tan
insignificante que no pueda tener, en un momento u otro, el poder de resultarle
de utilidad; lo cual por cierto no hará si usted le ha mostrado su desprecio.
Los errores suelen perdonarse, pero el desprecio nunca. Nuestro orgullo lo
recuerda para siempre. (Lord Chesterfield, 1694-1773).
Ley Nº 20- No se comprometa con nadie.
Sólo los tontos se apresuran siempre a tomar partido. No se
comprometa con ninguna posición o causa, salvo con la suya propia. El hecho de
mantener su independencia lo convierte en el amo de los demás. Obtenga
beneficios oponiendo a las personas entre sí.
LEY
No. 20
NO COMPROMETERSE
con NADIE.
Es idiota el que se apresura a tomar
partido. No se debe estar a favor de otra causa que no sea la propia. Si se
mantiene la independencia, se llegará a mandar sobre los demás -poniendo a unos
en contra de los otros-, haciéndoles ir tras ese poder.
Ley Nº 21- Finja candidez para atrapar a los candidos: muéstrese
más tonto que su víctima.
A nadie le gusta sentirse más estúpido que los demás. Por lo
tanto, el truco consiste en hacer sentir sagaces e inteligentes a sus víctimas
y, sobre todo, más sagaces e inteligentes que usted. Una vez que las haya
convencido de esto, nunca sospecharán que usted tenga motivaciones ocultas
contra ellos.
LEY No. 21. HACERSE el INGENUO para COGER a un INGENUO,
PARECER MÁS TONTO que la VÍCTIMA.
A nadie le gusta sentirse más tonto que el
de al lado. El truco, por lo tanto, es hacer que las víctimas se sientan
inteligentes -y no sólo eso, sino más inteligentes que nosotros-. Una vez que
estén convencidas de esto, no sospecharán que tengamos motivos ocultos.
Ley Nº 22- Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la
debilidad en poder.
Cuando usted sea el más débil, nunca luche simplemente por
salvar su honor. Opte, en cambio, por la capitulación. Rendirse le dará tiempo
para recuperarse, tiempo para atormentar e irritar al vencedor, tiempo para
esperar a que el poder de éste se diluya. No le dé la satisfacción de luchar y
ser vencido por él. Capitule antes de ser derrotado. Al volver la otra mejilla,
enfurecerá y desconcertará a su contrincante. Convierta la capitulación en un
instrumento de poder.
LEY No. 22
UTILIZAR
LA TÁCTICA DE LA RENDICIÓN: CONVERTIR LA DEBILIDAD EN PODER.
Cuando se está en la posición más débil,
nunca se debe luchar por el honor; hay que capitular. La rendición da tiempo
para recuperarse, tiempo para atormentar e irritar al vencedor, tiempo para
esperar a que su poder decaiga. No hay que darle la satisfacción de luchar y
vencer: Es mejor rendirse primero. Ofrecer la otra mejilla enfurece y
desestabiliza al enemigo. Hay que convertir la rendición en un instrumento de
poder.
Ley Nº 23-
Concentre sus fuerzas.
Conserve sus fuerzas y su energía manteniéndolas concentradas en
su punto más fuerte. Ganará más descubriendo un rico yacimiento y explotándolo
en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro: la intensidad
siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes de poder que puedan
promoverlo, procure encontrar siempre el patrón clave único, la vaca lechera
que puedan ordeñar durante largo tiempo.
LEY No. 23
CONCENTRAR LA
FUERZA.
Hay que conservar la fuerza y la energía a base de concentrarlas
en su punto más fuerte. Se gana más encontrando una mina rica y excavando más
profundo, que pasando de una mina vacía a otra: la intensidad siempre vence a
la extensión. Cuando buscamos fuentes de poder para elevarnos, tenemos que
encontrar un patrón, la vaca gorda que nos dará leche durante mucho tiempo.
Ley Nº 24- Desempeñe el papel de cortesano perfecto.
El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza
su plenitud en un mundo en el cual todo gira en torno del poder y de la
habilidad política. Domina a la perfección el arte de la oblicuidad. Adula, se
somete a sus superiores y reafirma su poder sobre los demás de la forma más
encantadora y graciosamente indirecta y falsa. Aprenda a aplicar las leyes del
cortesano, y su ascenso dentro de la corte no conocerá límites.
LEY No. 24
HACERSE PASAR
POR EL PERFECTO CORTESANO.
El cortesano perfecto prospera en un mundo en el que todo gira
alrededor del poder y la destreza política. Domina el arte de la indirecta,
adula, cede ante sus superiores y ejerce su poder sobre otros de la forma más
oblicua y educada. Si aprendemos y aplicamos las leyes del cortesano, no habrá
límite para nuestra escalada en la corte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario