jueves, 24 de noviembre de 2016

El caballero y el granjero. Parte 5

¡Padre, un caballero ha venido a comer con nosotros!

A la mañana siguiente había visitado su casa por primera vez en muchos años y también para entregar la mano de su hija en matrimonio a sir Ector; ¡todas sus protestas habían desaparecido en el mismo momento en el que escuchó que Ector era caballero!

¡Habían pasado tantas cosas en ese solo día!

Una vez más, sir Ector miró a su familia y parientes... eran granjeros... simples, oscuros, granjeros ayer, ¡pero hoy eran familiares de sir Ector!

Sin embargo había una cosa que no podía entender.

Le había pedido a su familia que dejase la granja y fuese a vivir con él en su mansión, pero todos querían quedarse en los campos... era como si se hubieran resignado al hecho de que pasarían el resto de sus vidas en esa oscura y triste granja.

Pero él tenía que avanzar, avanzar de la granjas a la mansión; avanzar de ser un mero caballero a ser un conde.

William, Marta y Uther continuaron viviendo en su granja, como antes.

El único cambio que tuvo lugar en sus vidas fue que llegaron a ser conocidos como los familiares de sir Ector.

Luego, el país de sir Ector le declaró la guerra a un país vecino; las dos naciones eran igualmente poderosas y, por lo tanto, la guerra significó un combate prolongado y extenso que duraría décadas.

Claire estaba embarazada cuando se fue sir Ector.

Durante el primer año de la campaña de sir Ector, William murió y Claire dio a luz a un niño, pero el caballero no pudo venir a casa.

Tres años después murió Marta, Ector tampoco pudo venir a casa.

Y año tras año, Uther se convirtió en un mejor granjero, un mejor padre y un mejor marido, después de haber probado que era un hijo responsable. Pero entonces, para citar las palabras de sir Ector, no hay Lord granjero... ¿no es así?

Pasaron cinco años antes de que Ector volviese a casa.

Uther estaba trabajando en los campos cuando llegó un caballero, montando un caballo blanco, con una vara con la bandera nacional ondeando orgullosamente en el viento.

El caballero desmontó y se levantó el visor. No era Ector.

Una flecha ha encontrado el lugar correcto en mi armadura, le decía sir Ector a Uther con una sonrisa triste en sus labios; sus ojos ahora se volvieron hacia Claire y su hijo, que estaban sollozando.

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