La tarea de un hombre de poder o líder, es cumplir con las expectativas que él haya elegido cumplir, desechando aquellas que no escogió o que le fueron impuestas. Afirma Juan Matus: un guerrero vive estratégicamente, jamás lleva cargas que no puede soportar. Digámoslo de otra forma: la libertad es elegir nuestras propias cadenas.
Tercer paso: es congruente entre lo que dice y hace.
Sin duda alguna, la gran prueba de un líder moderno, es que su actuar sea sintónico a sus palabras. Entere los nativos norteamericanos se habla de la siguiente frase: walk you talk, algo así como camina, como una ancestral expresión de la congruencia. Es construir la certeza de que no existirá en nosotros separación alguna entre la experiencia in terna y la externa, lo que manifestamos.
Entre algunos grupos de judíos religiosos muy ortodoxos, se acostumbra que el hijo varón primogénito de un rabino, no establezca comunicación verbal con su padre hasta el momento en que ingresa a la Sinagoga y lee el libro sagrado de la Torá, en una ceremonia que se hace alrededor de los 12 o 13 años de edad. Cuando se cuestionaba al respecto a uno de los rabinos, comentaba que en efecto ellos no hablaban con su hijo primogénito durante ese tiempo, lo cual no significa que no tuvieran otro tipo de comunicación con él. Lo que sucede es que ellos saben que los hijos aprenden no a partir de lo que los padres les dicen, sino a partir de lo que los padres hacen. Sin duda, esta costumbre implica una gran obligación de impecabilidad por parte del padre, quien no podrá argumentar ninguna situación que esté alejada de su conducta cotidiana. No podrá por ejemplo, dar clases de honestidad si su hijo no observa sus conductas honestas. No podrá explicarle lo que es el amor, si su padre vive cotidianamente en el desamor.
Desgraciadamente, muchos líderes actuales, hacen uso y abuso de sus habilidades retóricas, pero en más casos de los deseables, sus actos no corresponden a sus dichos. Inclusive sabemos que cuando algunos políticos comienzan a decir por ejemplo que no habrá aumentos a determinados productos, la realidad será lo contrario: hemos aprendido a hacer de la mentira un hábito al comunicarnos con los demás y aún más importante al hablar con nosotros mismos, y lo vemos como algo natural, común y esperable. sin embargo, el hombre de poder, el líder buscará con sus palabr4as ser impecable (sin pecado), buscará que la verdad se manifieste a través de él, utilizará su energía correctamente, en la dirección de la verdad.
Cuando nuestros actos no corresponden a nuestros dichos, se arma lo que los Toltecas conocían como el mitote, la confusión. Por ejemplo: imagine a un niño que ha sido regañado por sus padres por decir mentiras y observa cómo, para que aquellos se zafen de un vendedor de puerta en puerta, le piden que afirme que sus padres no están en casa. Hemos crecido con demasiados mitotes, en nuestras cabezas.
Nuestros ancestros, quienes aspiraban a ser hombres de poder o líderes, construían su autoridad alrededor de la congruencia, haciendo que sus actos siguieran a sus palabras.
Cuarto paso: se prepara para enfrentar a su pinche tirano.
Como ya vimos, en su momento el Macehual valoró la trascendencia de contar con uno o varios pinches tiranos como una bendición, como un regalo para fortalecer su propósito y espíritu, ya que aspira a ser hombre de poder o líder. Los pinches tiranos son grandes maestros, si aprendemos a emplearlos. En este momento, el iniciado ya ha pasado al segundo estadio de desarrollo -Ticitl- y tendrá que aprender a identificar la fuerza del tirano y a desarrollar habilidades para enfrentarlo, cuando haya acumulado suficiente conocimiento, coraje, fortaleza y energía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario