miércoles, 12 de abril de 2017

El líder: hombre de poder. 27

La otra vertiente es igual de trascendente: la formación de la ética personal por parte del hombre de poder o líder. Gracias a la recapitulación habrá elegido de la moralidad prestada heredada de su entorno social y familiar, qué es bueno o qué es malo para él y habrá asumido las consecuencias de ello. Entenderá que su ética no tiene por qué ser compartida, ni pensará que es la única ni la mejor. Se abstendrá de pontificarla y reconocerá que es aplicable para él. Aceptará cuándo debe de flexibilizarse o ajustarla y cuándo es trascendente seguirla al pie de la letra.

El guerrero sabrá entonces que es su turno, que es su tiempo y que respetando su ética personal puede cumplir la misión que ha elegido como propósito vital, como sentido de vida. En ocasiones, su lucha se centrará en la búsqueda de cambios en las reglas sociales injustas y sabrá que no podrá ingresar a la lucha sin estrategia. Pero antes de ello, habrá construido su personal forma de conducirse en su comunidad y consigo mismo. Usemos, las poéticas palabras de Paulo Coelho: (el guerrero) aprendió con las estrellas, que sólo la explosión interior permite su brillo.

Ahora el hombre de poder o líder es un guerrero y ama la batalla. Está en posibilidad de cambiar las reglas y transformar la realidad; sabe la nobleza de su esfuerzo y la importancia de ceñirse con disciplina y control a las luchas que su corazón ha elegido.

Tercer paso: enfrenta a sus tiranos.

La paciente y confrontante espera, invertida en la identificación de su pinche tirano y en la preparación para hacerle frente ha llegado a su término. Aprendió a desarrollar su control, fortaleció su disciplina; su corazón se preparó para enfrentar esta batalla y asiste a ella con enorme alegría y entusiasmo. Asume que el resultado de la batalla partirá de lo que él haga o deje de hacer, Sabe que no puede fallar, que acumuló muchas cicatrices que le han permitido llegar a donde hoy se encuentra. Respeta a su pinche tirano y acepta que es su maestro. A partir de este momento le llamará solamente, su tirano. Bendice sus cicatrices y las reconoce con agradecimiento. Como afirma Paulo Coelho: llevo conmigo las marcas y las cicatrices de los combates: ellas son testimonio de lo que viví, y recompensas de lo que conquisté.

no a todos les otorgará el honor de la batalla. No aceptará provocaciones u ofensas de contrincantes que no merezcan la lucha. No gastará su energía ni se cansará inútilmente. Reconocerá que existe la fuerza bruta y la agresividad irracional y sabrá cuándo dar combate frontal o cuándo retirarse estratégicamente, lo cual no es huir. Se retira para aprender de sí, para fortalecerse, para replantear la estrategia y para una vez listo regresar en mejor forma a la batalla. El creador del aikido (arte marcial) Morihei Ueshiba (1883-1969), señalaba: la fuerza de un hombre no reside en el coraje para atacar, sino en la capacidad de resistir los ataques, la derrota ocurre antes que la victoria. La clave para ganar es saber perder, pero no desistir. 

El hombre de poder o líder deberá demostrar y demostrarse a sí mismo, que en la lucha contra el tirano aprendió correctamente el arte del refrenamiento, para esperar y actuar en consecuencia. Carlos Castañeda lo define así: Es la habilidad de escoger el momento oportuno para realizar el ataque es esperar con paciencia, sin prisas, sin angustias, ya que sabe lo que se está esperando y para qué. Es una cualidad que pone en libertad todo lo que está retenido. Control, disciplina y refrenamiento son como un dique detrás del cual todo está estancado. La habilidad de escoger el momento oportuno es la compuerta del dique. Recordemos que el ahora guerrero, ha elegido a su tirano, sabe que es el gran espejo de sus partes sombras y se ha preparado pacientemente para enfrentarlo habiéndose previamente enfrentado así mismo. Vive el proceso soportando lo necesario, sin odiar a nadie, y hace del camino de refrenamiento una sencilla y gozosa retención, suspender con el espíritu algo que el guerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ahí  pensando  hacerle mal a alguien o planeando cómo vengarse y saldar cuentas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario