sábado, 25 de marzo de 2017

El líder: hombre de poder. 15

El Ticitl: construir la congruencia.

Debemos hacernos conscientes de que estamos dormidos. Entonces podremos despertar.

Primer paso: Se conoce a sí mismo: sabe cómo curarse.

En el cuarto paso señalado en el Macehual, se habló de buscar con humildad la armonía entre el cuerpo y el entorno. En este nuevo estadio de desarrollo del Ticitl, se profundiza en lo ya dicho, ya que el aspirante a ser líder deberá aprender a curarse, no sólo físicamente, sino emocionalmente. Para los pueblos aborígenes del continente americano las palabras poder y medicina son sinónimos. (Cuando un hombre de poder o líder) se manifiesta plenamente, se afirma que está lleno de poder y expresa su medicina.

Estamos acostumbrados a que muchos de nuestros líder3es políticos, de opinión, deportivos o del mundo de los espectáculos, brillen ante los medios de comunicación no sólo por sus decisiones, actos públicos y discursos, sino por sus constantes problemas tanto físicos como sicológicos, que llenan las páginas de los diarios amarillistas, las revistas llamadas del corazón o los noticiarios televisivos y radiales. Quienes no tienen relaciones de pareja conflictivas -que terminan en divorcios, hijos fuera del matrimonio o inclusive en dramas mayores-, hacen uso inmoderado de sustancias prohibidas o no prohibidas -como el alcohol-, tienen riquezas ocultas que no corresponden con sus ingresos nominales, terminan hospitalizados o tras las rejas por movimientos económicos escandalosos y poco honestos. Es más, se afirmas que a los líderes modernos les convienen esos golpes de imagen... aunque hablen mal de ellos: lo importante es mantenerse en la mente del público. En no pocos casos, los problemas son físicos y en otros de orden sicológico, como si las dificultades fueran condición para ser líder.

Un hombre de poder, un líder, según nuestros ancestros, no podía darse ese lujo. La salud física y sicológica eran requisitos fundamentales.

Las sociedades occidentales modernas se han convertido en enormes fábricas: producen pobres y desperdicios al por mayor, y también enfermos. La enfermedad, ves un problema que implica tanto al contexto como al individuo. Dentro de nuestros procesos de aprendizajes familiares y sociales, todos integramos de manera inconsciente desde muy tempranas edades, los mecanismos para vivir y hacer frente a la enfermedad y lo hacemos de manera inconsciente.

Muchos de los enfermos, aprendieron las ventajas que atesora la enfermedad: sentirse protegidos de forma especial por sus padres, enfrentar problemas aparentemente sin solución, desviar presiones (recuerdo a un paciente que se enfermaba cada vez que tenía un examen escolar y con ello, lograba que sus padres no lo llevaran a la escuela); o cumplir con la imagen familiar y social impuesta: ser enfermizo, débil, frágil. Un miembro de una familia disfuncional comentaba, que era en el hospital cuando alguno de sus familiares era internado, el único momento en que se integraban como núcleo social.

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