Nunca llegará a ser hombre de conocimiento (de poder, guerrero impecable, líder). Será un hombre inofensivo, asustado, un hombre vencido. su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
Y ¿Qué puede hacer para superar el miedo?
La respuesta es muy sencilla: no debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a el debe dar el siguiente paso en su aprendizaje y el siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse ¡Esa es la regla!
Y llega 7un momento en que su primer enemigo -el miedo- se retira. El hombre comienza va sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender ya no es una tarea aterradora.
Quien pregunta es un doctor en antropología egresado de una prestigiosa universidad norteamericana a principios de los años 60´s del siglo pasado. quien responde es uno de los herederos de las ancestrales tradiciones de conocimiento de nuestro país. El primero es Carlos Castañeda, el segundo Juan Matus.
El maravilloso diálogo anterior, nos abre puertas y ventanas: el miedo es un viejo conocido de todos nosotros. No somos bichos raros, por sentir en muchas ocasiones temor ante determinadas circunstancias, sobretodo aquellas en las que perdemos el control y no tenemos todos los hilitos. El aplastante discurso didáctico del preceptor (quien vendía hierbas medicinales y por momentos trabajaba como albañil), nos permite conciliarnos con esas constantes sensaciones de inseguridad que vivimos ante nuevos hechos, eventos, retos u obstáculos. El planteamiento propuesto es muy simple y al mismo tiempo, por demás complicado: hay que enfrentarlos, no correr. Ante el temor que nos paraliza, la respuesta es su desafío. Llenos de miedo debemos de dar el siguiente paso y el siguiente, para aprender, para romper paradigmas, para ser mejores seres humanos. El miedo es un gran recurso vital, porque bien empleado nos impulsa va aprender a pesar de que nunca sabemos con exactitud cuál será el resultado del proceso.
Quien desea ser un líder no dejará de sentir el miedo, pero luchará y le dará la cara. En el transcurso de la vida, el miedo regresará, pero la disciplina de enfrentarlo permitirá volverlo a derrotar. Un líder no puede ir va las batallas vitales sin cierto miedo, pero quien es hombre de poder o líder, aprende a enfrentarlo como forma de vita. Afirma Alberto Cortez, extraordinario cantautor argentino: tantos años sobre el escenario y siempre con miedo.
Circunstancias externas y hechos concretos nos generan miedos, pero también nuestra mente genera otros tantos. En ambos casos, la tarea es la misma: aprender a enfrentarlos, Hacer una disciplina de esta práctica vital, ya que el miedo (continúa Castañeda), se conquista rápido y de repente. Entonces, comienza a controlar nuestra conducta.
Esta etapa del aprendizaje del líder en ciernes, de Macehual, es también la etapa de los intentos. Es el momento cuando se aprende dando tumbos, explorando por ensayo y error, por aproximaciones sucesivas. Se ha difundido la idea de que las cosas deben de hacerse bien a la primera, sobre todo, cuando se habla de los recientes conceptos de calidad. Sin embargo, uno de los gurús de la administración y del liderazgo modernos Tom Peters, tira por la borda la idea de que las cosas se hacen bien desde la primera vez. Valora la experiencia, la paciencia y la perseverancia para alcanzar la excelencia.
Este enfoque es más realista y humano. Se alcanza el expertis no por azar, sino por el producto de un arduo esfuerzo, en donde se intenta e intenta, sin perder la fe. Sir Wiston Churchill afirmaba que el éxito es ir de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo. La perseverancia es fundamental para enfrentar una y otra vez al miedo, y en muchas ocasiones inclusive el fracaso parcial. El aprendiz de líder, de hombre de poder, se entrega a su batalla, sabiendo que su intento es impecable. El intento, es la voluntad que puede hacer triunfar a un hombre cuando sus pensamientos le dicen que está derrotado.
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