Otra de las cosas grandiosas de sus enseñanzas fue la diferencia entre emociones y sentimientos. Ambos estamos todavía trabajando duro en la parte de atrevernos a expresar nuestros sentimientos. Algunas veces no me atrevo a expresarlos para minimizar el estrés que ya existe. Pero entonces mis resentimientos hacia el estrés salen de otras maneras, en agresiones, así que ¡no sirvo por completo si no digo lo que siento! Mi cabeza lo sabe, pero la pequeña niña que está dentro de mí aún tiene miedo de perder el amor que tanto necesita.
Durante la visita a un seminario, tuve una hermosa liberación por dentro. Me dio un gran dolor en la vagina o útero un poco antes de mi periodo, generalmente nunca lo tengo. Tuve que despertar a mi esposo y pedirle que introdujera su pene y lo dejara ahí quieto. Esperaba que algo de la tensión se disolviera, como se sabe del poder curativo del pene. Empezamos a platicar del dolor y en algún momento dije: cargo este dolor con orgullo. ¿Por quién? preguntó mi esposo, e instantáneamente respondí: por mi padre, claro. Mi esposo dijo: pero tu padre no te está viendo, no le interesas, ¡y de todas maneras cree que estás loca! Todo lo cual es cierto. Me di cuenta de que mi niña interior aún hacía todo lo que podía para ganarse el cariño de su padre, porque no pudo alcanzarlo con su gran amor hacia él cuando era pequeña. Así que tomé la almohada entre mis brazos (haciendo frente por mi niña pequeña) y finalmente lloré por ello. Las lágrimas y los lamentos lavaron la creencia de que mi amor no tenía una oportunidad (porque no la tenía en ese entonces).
Esta creencia me llevaba a desmantelar sutilmente al amor cuando se aparecía, con un poco de crítica por aquí y algo de agresión por allá. Parece que hice eso para volver a experimentar la desilusión de no alcanzar a alguien con mi amor, lo cual me fue sumamente abrumador cuando era una niña y me dejó sintiéndome muy sola. Después del llanto y de reconocer lo que me estaba indicando, el dolor de mi vientre comenzó a irse lentamente, ahora soy muy cuidadosa en darle una oportunidad verdadera al amor, especialmente con mi esposo y mis hijos.
Confidencia de una mujer
Yo me conecté con mi propia herida de rechazo. He estado en ella durante días, con dolor y pánico, sin ser capaz de ver mi camino; es como una regresión. ven este momento estoy de nuevo en las edades de siete y once años, reconociendo lo mucho que se ha abusado de esta pequeña flor. Siento compasión por mí, por mi pareja, toda la inconsciencia... de las heridas. He rechazado a los demás, especialmente a los hombres. Todo ha sido una proyección, lloré por horas.
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