En la mayoría de los casos ambos se pondrán emocionales val mismo tiempo. Estas dos situaciones, por lo general, sucederán casi simultáneamente mientras uno sigue al otro en un instante. Uno se pone emocional y como consecuencia directa el otro también se pone emocional. Para la primer persona que se pone emocional, casi no hay oportunidad, ni siquiera unos pocos segundos, para intervenir reconociendo su emoción.
Recuerda que la emoción se esparce rápidamente porque las toxinas son infecciosas. Acuérdate que al igual que tú, la otra persona también lleva una carga de emociones o sentimientos inexpresados. Éstos se activan mediante la vibración de la toxina de la carga que está en tus emociones y detonan en las que están latentes e inexpresadas en la otra persona. Volverse emocionales al mismo tiempo puede abrir las compuertas a un torrente de intercambios abusivos (verbal y físicamente), lo que puede transformar la situación en una pesadilla viviente.
Si los dos se ponen emocionales, ambos sigan las reglas de oro, y digan estoy emocional. Después, sepárense físicamente y vayan a diferentes lugares de la casa, pónganse activos y quemen su carga emocional. Contáctense con su sentimiento inexpresado, dejen que fluya a través de ustedes y sigan el procedimiento hasta que lleguen a un final satisfactorio y amoroso.
Situación 3: uno se pone emocional y el otro no
En esta situación las segundas personas son capaces de permanecer en tierra y quedarse en el presente, inamovibles por la ola emocional del otro. Son capaces de retener el espacio, de mantenerse amorosos y comprensivos. Reconocen que la emoción está activa en el otro y no son afectados por ella. No se lo toman personal y conscientemente no se permiten quedar atrapados en la emoción del otro. Si una persona ha trabajado descargando sus propios sentimientos inexpresados (cuerpo emocional o cuerpo de dolor) es muy probable que ya no reaccionen ante los detonadores en el momento presente.
Cuando una parejas se mantiene centrada, consciente y sin resbalar inconscientemente en las emociones, se crea una oportunidad para la curación profunda. Cuando no hay una reacción de respuesta emocional de la pareja, la persona que se encuentra alterada se ve inesperadamente forzada a enfrentarse a sí misma. En esta intensidad se abre una ventana para la salvación. Surge el potencial para alcanzar capas más profundas de ellos mismos, donde están enterrados varios sentimientos. Como parte del proceso curativo puede suceder (pero no debe ser esperado) que se aclare el recuerdo de un evento de la infancia relacionado con otra persona, o con los padres. En la profundidad de la tristeza y el dolor pueden aparecer imágenes vívidas relacionadas con algún evento de la niñez. Por ejemplo, la primera vez que tuviste una experiencia subjetiva de abandono en tu niñez, donde no fuiste capaz de expresar tus miedos y sentimientos relacionados con que tus padres no llegaran a casa. El abandono es una emoción detonada muy comúnmente entre las parejas. Los sentimientos de abandono pueden ser un tema recurrente en la vida de una persona. Sólo cuando son liberados los sentimientos más tempranos conectados con experiencias de abandono, el individuo empezará a ser libre de los temas emocionales que surgen alrededor del abandono.
Cuando contactamos de manera espontánea con la raíz del daño y permitimos que fluyan el dolor y las lágrimas, estamos curados a nivel de cuerpo y corazón. Mediante la limpieza de nuestro pasado, notaremos que la siguiente vez que emerja el mismo tema no saldrá el mismo efecto. Hay un sentimiento de separación. No guardas el mismo dolor por dentro porque ha sido descargado del sistema y no está disponible para reactivarse en forma de emoción.
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