viernes, 6 de octubre de 2017

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* Con signos de interrogación y exclamación: no debe incluirse punto antes ni después del signo de cierre.
¿Qué dices, loco? ¡No, claro que no me gustas!
*¿Qué dices, loco? ¡No, claro que no me gustas!

* Con paréntesis, corchetes y comillas: según la RAE, el punto va siempre después del signo de cierre.

(Lea las instrucciones al dorso).
[Nunca volveré a jugar en mi pueblo].

 Según otros ortógrafos, como Martínez de Sousa, solo puede ir punto antes del signo de cierre si el de apertura va después de punto, puntos suspensivos (con función de punto), exclamación o interrogación (con función de punto), o a principio de párrafo. En este sentido actúa igual con los paréntesis, los corchetes o las comillas (OEA, {} 10.5.9.3).

A ningún escritor puede convenirle una fama de ese orden. (Puede consolarlo, quizá, lo que es m uy distinto.)

Paréntesis (¿necesarios?)
Su nombre procede de la voz latina parenthesis y esta del griego parenqesis, interposición, inserción (DRAE). Se usa para intercalar en el texto una oración incidental. En lexicografía se utiliza para indicar las etimologías y las fechas.

Solo dos signos de puntuación pueden preceder a la apertura de paréntesis: los puntos suspensivos y el punto; los restantes (coma, punto y coma, dos puntos) deben colocarse tras el paréntesis de cierre.

Eso lo dijo tu madre (¡Qué gran persona!), no tu tía.
Existe una construcción idéntica (v. Suárez): [Tengo un asunto urgente].
Bueno, pero... (esto tiene que quedar claro) solo si me lo prometes.

La traducción en el Medievo no se hacía con ayuda de un diccionario (tampoco los había); era una recreación estética.

El uso es frecuente en América (no en España): Ahorita mismo vengo.

[Creí que era una manera inteligente de tocarle la conciencia, y resultó que la tiene igual que la tuya (golpea algo duro con los nudillos): hierro macizo]. _(GaMárquez Diatriba [Col. 1994].)

Redacción: El paréntesis encierra aclaraciones que, por lo general, deben ser concisas para facilitar la lectura y la comprensión. Un consejo: si alguna vez incluyes una aclaración entre paréntesis que empieza a ser demasiado extensa, quizá debas replantearte la redacción del texto para que resulte más fluido.

Por desgracia para Darwin y para el progreso, el asunto llamó la atención de lord Kevin (que, aunque indudablemente grande, no era por entonces más que William Thomson. No se convertiría en par del reino hasta 1892, cuando tenía 68 años y se acercaba al final de su carrera; pero me  atendré aquí a la convención de utilizar el nombre retroactivamente). (Bryson Historia [Esp. 2014].)

Corchetes y llaves {¡ya ves!}
Corchetes. Son signos auxiliares de puntuación, también conocidos como paréntesis cuadrados o paréntesis rectangulares. Se emplean para encerrar partes de un texto que ya va entre paréntesis. Y no, no son otro tipo de paréntesis que puedo usar en lugar de los curvos porque me gustan más.

Este leísmo es frecuente en España (le encontré [a tu primo]), pero no en América.

El escritor Pierre Loussier (nacido en París [1910-1972], pero de nacionalidad alemana) convirtió su estilo en fuente de inspiración para otros.

Sirven, además, para encerrar puntos suspensivos y omitir fragmentos de una cita que no queremos hacer demasiado extensa (--- 56 Los puntos suspensivos... y la conveniencia de cerrar, o no, algunas frases).

También se usan en matemáticas, en donde tienen una relación jerárquica inversa con los paréntesis (--- 82 Operadores aritméticos).

Llaves. Tienen un uso similar al de los corchetes, pero además pueden abarcar varios renglones cuando se usan en cuadros sinópticos, en donde pueden ir abiertas o cerradas. También se usan en matemáticas (--- 892 Operadores aritméticos).

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