Tenía la función de la coma en algunos manuscritos medievales. Actualmente tiene estos usos:
Indicar fracciones, quebrados y divisiones de número o conceptos (--- 73 Unidades de medida)
25 m/s, 1/4, 1/8, 7/8
Separar los elementos de una fecha: día/mes/año (---78 horas y fechas).
31/11/07, 31/nov/2007
Separar grupos de números independientes pero relacionados entre sí , como las partes de un número de referencia (23/45ABC/70), de algunos documentos jurídicos que contienen el año de publicación (128/2009), números de reservas o de cuentas bancarias.
Separar con función disyuntiva dos términos que pueden alternarse o entre los que puede optarse.
...estriba en diferenciar los usos de debajo/abajo y fuera/afuera.
Escribir seguido en un texto que originalmente ocupaba varios renglones o párrafos, especialmente versos. En este caso, se deja un espacio antes y después de la barras, para que quede claro que lo que esta separa son grupos sintácticos y no palabras aisladas.
En un muladar un días / cierta vieja sevillana, / buscando trapos y lana...
El lío del y / o
Se ve con cierta frecuencia esta expresión anglicada en diversos tipos de documentos:
Se busca asistente que hable inglés y/o francés.
En inglés también ha aumentado su uso en los últimos tiempos, a pesar de que se desaconseje en muchos manuales de estilo. Esto también ha provocado su proliferación en traducciones de esa lengua al español. La connotación de la conjunción española o es disyuntiva pero no excluyente; es decir, refleja en muchos casos una alternativa u opción, pero no necesariamente la exclusión de la otra.
Así, en el ejemplo ante4rior, si escribimos inglés o francés no quedan excluidos de la selección los candidatos que sepan ambos idiomas. Podríamos suponer, incluso, que resultarían más atractivos para el puesto. La Academia, en el DPD, desaconseja el uso de esta fórmula, salvo que resulte imprescindible para evitar ambigüedades en contextos muy técnicos.
Curiosamente, si la palabra que sigue comienza por o o por i habría que modificar la fórmula, que la haría más extraña, si cabe:
Se necesitan optometristas e/o ingenieros.
Se necesitan ingenieros y/u optometristas.
Pero, ¿cómo hacíamos para expresar una idea semejante antes de que entrara el anglicado y/o? Bueno, siempre han existido fórmulas para enfatizar la idea de no exclusión en una construcción disyuntiva:
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La cursiva, esa itálica bastardilla
Es una letra de imprenta que tienen la particularidad de estar inclinada hacia la derecha. Equivale, en imprenta, al subrayado de los manuscritos. Su origen está en lo que hoy denominamos Italia, y de ahí recibe su nombre (itálica): el insigne Aldo Manuzio (1449-1515) estableció su imprenta en Venecia y dedicó gran parte de su vida a imprimir escritos clásicos griegos para evitar que se perdieran. Manuzio quería hallar un tipo de letra más estrecho pero legible que le permitiera imprimir los primeros libros de bolsillo, que fueron tan fundamentales en la vulgarización del conocimiento y la expansión del Renacimiento. Con este fin encargó a su fundador, Francesco de Bolonia (apodado Griffo), la creación de la primera letra itálica en 1501, que solo tenía minúsculas, complementaba ninguna letra romana y se empleaba para imprimir libros enteros. No obstante, mediado el siglo XVII, todos los tipos de letra romana empezaron a incluir su respectiva itálica, que pasó a ser un a letra auxiliar, un subtipo de la romana. Estos son los usos de la cursiva:
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