Es que la gente de allí habla mal. Cuando alguien expele esa frase es porque no tiene ni la más remota idea de lo que está diciendo; su único mensaje es que prefiere su acento al del sitio donde afirma que hablan mal, y lo malo de este asunto es que hay hablantes que llegan a afirmar que en su pueblo o en su región no hablan bien, pues siempre les han mostrado como ejemplar el acento de otra zona del español, que casi siempre coincide con el de la capital del país.
Se trata solo de una cuestión de gustos, es decir, lo que hay son acentos más feos o más bonitos según la percepción de cada uno de los hablantes; pero no mejores o peores.
Español y castellano
Son dos nombres para un mismo idioma, si bien el nombre internacional, en otros idiomas, es siempre el equivalente a español: spanish, espagnol, spagnolo, spanska, spanbja, isbaniya, spams, etc.
En Hispanoamérica y en los Estados Unidos hay partidarios de llamarlo castellano y partidarios de llamarlo español, y en ambas posturas hay siempre cuestiones políticas e históricas. Y en España sucede lo mismo, si bien en la Constitución se le da el nombre de castellano, y en los documentos oficiales, cuando se menciona alguna de las otras tres lenguas del estado -catalán, gallego y vasco-, también se prefiere ese nombre.
En el diccionario panhispánico de dudas podemos ver esta explicación: Español. Para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español. La polémica sobre cuál de estas denominaciones resulta más apropiada está hoy superada. El ´termino español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente. Aún siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre de castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco.
Solo para los dialectólogos se trata de dos realidades distintas: el español es la lengua general, mientras que el castellano es el dialecto hablado en Castilla, como el murciano es el hablado en la región de Murcia o el rioplatense es el hablado en la zona del Río de la Plata.
Los extranjerismos no nos amenazan
No, no está amenazada, es más, no podría vivir sin ellos. Hoy nos llegan -la mayor parte. del inglés, mientras que hace cien años nos llegaban del francés, y también, tiempo antes, los recibimos del italiano y, cómo no, del árabe, por citar solo a los principales orígenes, pues también tenemos palabras llegadas de otras lenguas, sobre todo de las americanas: náhuatl, maya, quechua, caribe... Los extranjerismos nos enriquecen, si bien en ocasiones resulta más elegante y recomendable utilizar las palabras equivalentes en español, cuando las tengamos, claro está.
En ocasiones se trata de incorporaciones necesarias, pues no tenemos equivalentes en español, y en otros casos se trata solamente de una cuestión de prestigio del hablante, que al escribir o al pronunciar una palabra en inglés o en francés en lugar de decirla en su lengua cree elevar su nivel intelectual ante los demás; se trata de una pose, pero puede ocurrir que los demás lo copiemos y la voz foránea se asiente y desplace a la autóctona. Más esto último tampoco es una amenaza pues ocurre en todas las lenguas vivas.
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