El cuerpo guarda los recuerdos de todos los eventos física y sicológicamente traumáticos que ocurren en la vida de un individuo. El cuerpo guarda el miedo y los recuerdos en las células, además de los sentimientos inexpresados conectados a la experiencia subjetiva, como una vibración o frecuencia. Cualquier trauma, desde el primer momento en adelante, es grabado por el cuerpo. Si los sentimientos asociados con el evento traumático hubieran sido expresados en el momento del trauma, la influencia o el daño se reducirían sustancialmente a largo plazo. En casos de abuso o violación de menores, el que ellos expresen algo es inaceptable. en la mayoría de los casos la madre se pondrá del lado del marido o el familiar antes de creerle al niño. Básicamente porque a los niños no se les da credibilidad. Una mujer que haya sufrido abuso sexual en su niñez comúnmente es incapaz de expresar su horror y confusión. Por lo general, el culpable de la interferencia sexual es algún familiar o vecino cercano y el admitir o hablar de la experiencia traumática con otra persona es imposible. Frecuentemente el pariente hará que la niña jure guardar el secreto, extrayéndole una promesa (ofreciéndole regalos a cambio) o haciendo un trato para mantener a la niña callada. La niña no admite ante nadie el torbellino de emociones y sentimientos que se agitan en su interior. La interferencia no tiene que ser evidente, puede ser mediante insinuaciones de la voz, ciertas vibraciones cargadas sexualmente, comentarios o miradas.
Los traumas van siendo enterrados gradualmente en el subconsciente como recuerdos y la niña en crecimiento puede entrar en su vida sexual cargando una herida dolorosa, En muchos casos, las mujeres que sufren abuso borran su memoria y se olvidan superficialmente del episodio como una forma de auto conservación. Se encuentran, no obstante, llenas hasta el tope de sentimientos inexpresados, y se han endurecido para protegerse en el futuro. El resultado es que cualquier hombre que se le acerque o trate de hacer el amor con una mujer que ha sufrido abuso podrá hacer surgir el pasado enterrado. Esta mujer, cuando se encuentre con un hombre, puede sentir una repulsión repentina e inesperada, disgusto o náusea que se relacionan con los sentimientos inexpresados previamente. Bajo la superficie continúan existiendo coraje, tristeza y dolor. Debido a la memoria grabada en sus células, esta mujer puede ser fácilmente conducida dentro de la emoción e inesperadamente encontrarse en un estado de contracción y desconexión en el presente.
Tales sentimientos inexpresados de la niñez tenderán repentinamente a surgir de manera indirecta como emociones durante la edad adulta, causando ataques de infelicidad, dando la impresión de que el amor aumenta y disminuye, aunque en realidad sea el nivel de emoción lo que cambia. Cuando estamos emocionales se pierde nuestra conexión con el amor y la felicidad en el presente. Si notamos que nos volvemos emocionales, bajo las circunstancias anteriores, es de gran ayuda ser capaces de reconocer la situación y lo que realmente está ocurriendo. Recordemos que las emociones representan nuestro aspecto inconsciente y que son potencialmente destructivas si permitimos que nos controlen. En cambio, con el reconocimiento de nuestra emoción, podemos crear una situación curativa para nosotros. Hay un valor tremendo y un poder sanador en la expresión de los viejos sentimientos inexpresados.
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