Los verbos defectivos son aquellos que solo se conjugan en algunos modos, tiempos o personas. Con algunos de estos verbos ha ocurrido como en muchos otros casos de uso del español, que los hablantes logramos cambiar el rumbo y hacer que lo antes considerado incorrecto pase a ser correcto.
Así ha ocurrido con los verbos abolir y agredir, que se consideraban como defectivos, ya que solo era adecuado conjugarlos en aquellas formas que tuvieran la letra i en la desinencia. Es decir, se podía decir agredía o abolíamos, pero no era correcto decir agredo o abolemos. Pero las cosas cambiaron y hoy se consideran también válidas estas dos últimas formas y todas las demás; son verbos que ya admiten su conjugación completa.
Un prefijo excastigado: ex
El único prefijo que estuvo castigado durante años a no poderse pegar a la palabra siguiente -como es el resto de sus congéneres, los prefijo en español- fue ex. Y era ese un castigo que muchos hispanohablantes no entendíamos, pues no había ninguna razón que lo explicase. Durante todo ese tiempo la única forma admitida en la norma culta era escribirlo separado de la palabra siguiente con un espacio tipográfico: ex presidente. ex alumno, ex futbolista, etc. Y había personas que ponían un guion, opción considerada incorrecta: ex-presidente, ex-alumno, ex-futbolista.
Pero los encargados de redactar la última edición (2010) de la Ortografía de la lengua española, de la Asociación de Academias de la Lengua Española, decidieron que ya era hora de terminar con esa extraña excepción, si bien recomiendan que se una solamente cuando la base (lo que modifica el prefijo) se componga de una sola palabra, como en los ejemplos anteriores (expresidente, exalumno, exfutbolista) y que siga escribiéndose separado en los casos en que lo modificado por el prefijo sean dos o más palabras: ex ama de casa, ex primer ministro, etc.
Cambios en los prefijos trans y post
Estos dos prefijos nos hacían plantearnos siempre la duda de si escribirlos así -trans y post- o si era mejor simplificarlos y optar por las formas tras y pos. Para el segundo, algunos seguían la norma de usar post cuando precedía a una palabra comenzada con vocal -postoperatorio- y pos cuando la voz siguiente comenzara por consonante -posguerra-; en cambio para trans o tras no había ninguna norma a la que acogerse.
Ahora, tras la aparición del Diccionario panhispánico de dudas (2005) y de la última edición de la Ortografía de la lengua española, de la Asociación de Academias de la Lengua Española (2010), la recomendación es que se opte siempre por las formas simplificadas tras y pos: trasporte, trasatlántico, posoperatorio, etc. Con la única excepción de los casos en los que vayan delante de una palabra que comience por s.
Leísmo hipercorrecto
El miedo a caer en lo vulgar hace que algunos hablantes, para evitar ser mirados como poco finos, cometan el error de evitar un uso correcto en la lengua culta -el único correcto en este caso- y usen en su lugar una forma incorrecta en ese contexto. Como el laísmo se considera muy vulgar esos hablantes no usan jamás el pronombre la y en su lugar siempre prefieren decir o escribir le, lo que los hace cometer un error que podemos llamar leísmo de hipercorrección.
Así, en frases como ayer le llamé por teléfono, sus amistades le ayudaron mucho para conseguir ese cargo o dice que estuvo allí, pero yo no le vi, referidas a una mujer, lo correcto es ayer la llamé por teléfono, sus amistades la ayudaron mucho para conseguir ese cargo o dice que estuvo allí, pero yo no la vi.
Ausencia del artículo
En la lengua, como en todo, hay modas pasajeras y modas que llegan para quedarse, y entre estas ultimas parece estar la de prescindir del artículo en situaciones en las que, en la norma culta, su uso es necesario; llegó hace ya algunos años -hay quien dice que procedente del inglés- y se ha instalado en el idiolecto de muchos hispanohablantes.
Hay una serie de topónimos en los que es tradicional poner delante el artículo, como en los Pirineos, la India, la China, los Alpes, el Perú, el Reino Unido, la República Dominicana, el Cairo, etc. y conviene evitar la moda de nombrarlos sin él.
Tampoco es adecuado en español eliminar el artículo delante de nombre de organismos, instituciones o residencias oficiales, como en la Presidencia, el Rectorado, las Naciones Unidad, la Cruz Roja, la Casa de América, la Casa Rosada, la Moncloa, etc. En todos esos casos lo correcto es mantener el artículo.
Es también muy corriente la omisión del artículo delante de nombres como quirófano, talleres, cocina, cafetería... El doctor entró en quirófano, el bus está en talleres, se lo encargaremos a fábrica, pídeselo a cocina, nos vemos en cafeterías, son frases que para estar bien necesitan el artículo.
Es una moda fea y conviene que estemos atentos para no caer en ella.
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