Es probable que a muchos hablantes jóvenes les resulte extraña -y les parezca incorrecta- la construcción incautarse de en frases como la policía se incautó de más de 2000 armas de fuego y ello a pesar de que esa era hasta hace poco tiempo la única forma correcta de utilizar el verbo incautar. Pero, como en tantos otros casos, la presión de los hablantes con poca cultura lingüística hizo que la forma incorrecta (la policía incautó más de 2000 armas de fuego) se instalase en la lengua y llegase a ser considerada como válida.
Hoy conviven ambas formas, y aunque es más aconsejable la primera, hay que estar preparados para ver caras de asombro cuando la usemos.
Cesar, destituir, echar...
En español es normal desde hace décadas el uso del verbo cesar con valor transitivo, es decir, seguido de un complemento directo, en frases como cesaron al director del IMSS o el gobierno cesó a varios altos cargos y hasta hace pocos años (el 2005) ese empleo se consideraba incorrecto, pues en todos los diccionarios cesar figuraba como intransitivo. En su lugar lo adecuado era el uso de otros verbos como destituir, despedir, echar, etc.
Pero las cosas han cambiado y otra vez la voluntad de los hablantes ha marcado el camino de la lengua, de tal forma que hoy se considera correcto aquel uso que antes estaba mal: ahora podemos cesar a quien queramos.
Infinitivo introductorio
También conocido como infinitivo físico, es aquel que se emplea al comienzo de un discurso (decirles que...), de un aviso (avisarles de que...), de un recordatorio (recordar, por último, que...), de una advertencia (advertir que...), de un agradecimiento (agradecerles a todos que...) o como verbo principal de una oración (y, finalmente, manifestar que hemos logrado los objetivos).
Se trata de otras de esas modas que deforman el español y que van contra el genio de la lengua; conviene, pues, evitar su uso, pero, como ya hemos dicho unas cuantas veces, somos los hablantes los que tomamos las decisiones, y si este uso llega a imponerse y a instalarse puede ocurrir que dentro de algunos decenios ya no le resulte molesto a nadie.
Condicional fuera de lugar
¿No les ha pasado alguna vez que al comprar algo, en el momento de pagar, el vendedor les haya dicho serían 20 pesos? ¿No les ha ocurrido que al llevar unas prendas a la lavandería el encargado de la tienda les haya dicho estarían para el viernes? ¿No han sufrido nunca al empleado de transportes que les dice que el envío llegaría mañana?
Está por todas partes y nos topamos con él en cualquier lugar y a cualquier hora. Es un uso extraño en español -bueno, ya no tan extraño-, lengua en la que en todos esos casos lo normal es utilizar el modo indicativo: son 20 pesos, estarán para el viernes, llegará mañana. Evitémoslo mientras podamos.
Algunos gerundios fuera de lugar
En la jerga de la Administración es muy habitual encontrar gerundios que parecen ser adjetivos, pues están escritos detrás de sustantivos a los que complementan. Los podemos ver casi siempre detrás de las palabras ley, reglamento, norma, acuerdo... (la ley estableciendo la mayoría de edad, el reglamento prohibiendo la venta de alcohol, la norma regulando la exportación de petróleo, el acuerdo estableciendo el máximo de capturas). Y en todos esos casos están fuera de sitio, están mal empleados, pues lo correcto hubiera sido: la ley que establece la mayoría de edad, el reglamento para prohibir la venta de alcohol, la norma con la que se regula la exportación de vino, el acuerdo que establece el máximo de capturas. A veces aparece ese mismo tipo de gerundio en anuncios de empleo, como se precisa secretaria hablando alemán y francés.
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