lunes, 4 de septiembre de 2017

Latinismos evitables.

Hay hablantes, supuestamente cultos, a los que les da por demostrar su sapiencia usando palabras y expresiones latinas, y es bastante habitual que las utilicen mal y acabe resultando evidente que no son tan sabios. Veamos algunos ejemplos evitables:

de motu proprio. La expresión latina es motu proprio y debe usarse sin la preposición de. Si lo decimos bien, puede ocurrir que nuestro interlocutor (no tan ducho en latinajos) al oír eso de proprio sospeche que tenemos un defecto en el frenillo. Evitemos, pues, esos líos y digámoslo en español: voluntariamente, por (mí, tu, su...) propia voluntad, etc.

a groso modo. Así es como lo dicen y lo escriben muchísimos hablantes de español que desconocen que la forma correcta  de esa expresión latina es grosso modo y que no va precedida por la preposición a. Para evitar ese error lo más recomendable es optar por no usar el cultismo latino y echar mano de nuestra propia lengua, en la que tenemos las fórmulas a grandes rasgos, a bulto, aproximadamente, más o menos, etc.

de córpore insepulto. Otra más de lo mismo: se emplea una expresión del latín para demostrar que se maneja el registro culto y se falla al usarla mal, con una preposición delante que no debe estar ahí -ni en ningún otro sitio-, pues la forma correcta es corpore insepulto, casi siempre acompañando a la palabra misa: misa corpore insepulto. Pero podemos evitar esa equivocación usando la expresión española de cuerpo presente.

de ipso facto. La preposición de sigue empeñada en meterse donde no la llaman y aparece precediendo a una expresión latina -ipso facto- que debe usarse así, sin más, y cuyo significado es en el acto o inmediatamente. Como con las anteriores, puede evitarse el error optando por las equivalencias en español.

También evitaremos así algunas malas pronunciaciones que llegan a deformar a la expresión latina y la transforman en insofacto o isofacto.

estatus quo. Mucha más sencillo, aunque menos llamativo, claro está, es usar las expresiones orden establecido, estado de las cosas, orden de las cosas, estado del momento, situación, etc. Así se nos entenderá mejor y nos evitaremos la mala imagen que da decir cosas en latín y hacerlo mal, pues lo correcto en este caso es statu quo.

currículums, referéndums, memorándums. No es que esos plurales sean incorrectos, pero sí son harto difíciles de pronunciar para los hispanohablantes, por ello es preferible que dejemos de lado las formas latinas de esas palabras en singular y utilicemos las correspondientes en español: currículo, referendo y memorando, cuyas formas de plural son mucho más cómodas (currículos, referendos y memorandos).

¡Y mucho cuidado! No caigamos en la supercursilería de optar por los plurales latinos, currícula, referenda y memoranda.

corpus. Tampoco en este caso es recomendable pasarnos de cultos o de sabios sapientísimos y usar el plural latino corpora. Es mucho mejor no llamar la atención y dejar tranquila a la palabrita usándola igual en singular y en plural: el corpus, los corpus.

ex aequo. Se escribe así y no exaequo ni ex-aequo, y además, si queremos quedar bien, nos toca aprender cómo se pronuncia: algo así como /eksekuo/. O sea que, como en todos los casos anteriores, lo más aconsejable es olvidarnos del latinajo y usar en su lugar las formas españolas igualmente, por igual, a la par, o con el mismo mérito

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